En el año del centenario de la catástrofe del “Titanic” dos barcos a la vez decidieron recorrer la ruta del legendario buque y resultar en el lugar de su hundimiento en una fecha y a una hora como las en que se averió el “Titanic”, pero pasado un siglo. Los billetes se agotaron momentáneamente.
Lo que para unas personas es una prueba del destino, para otros una aventura singular por lugares de averías. Los organizadores de la travesía oceánica hallaron un filón de oro. Pasado un par de semanas después del inicio de la venta, 2 mil pasajes fueron adquiridos, pese a que costaban 10 mil $ cada uno.
La ruta del famoso “Titanic” será repetida por el barco de nombre escocés “Balmoral”. Partirá a primeros de abril de la ciudad de Kobh, Irlanda, que hace 100 años se llamaba Queenstown. El 15 de abril de 2012 el barco llegará, según el plan. En el punto del Atlántico, en el que el “Titanic” chocó con un iceberg y se hundió. A las 2 y 20 minutos de la madrugada, los pasajeros del “Balmoral” honrarán la memoria de de los 1514 perecidos.
A fin de crear un ambiente de aquel tiempo, los organizadores lo pensaron todo hasta los pormenores. A los pasajeros se les distribuirá ropa: vestidos y smokings de inicios del siglo XX que lucía la élite. En la sala de pasajeros tocará una orquesta. Incluso se los alimentará como a los pasajeros del “Titanic”: 11 platos, entre los cuales habrá ostras, palomos asados en brochetas y gallinas a lo Lion. La navegación durará 13 días, el punto final será Nueva York, a donde el “Titanic” no había arribado. Debido a la gran popularidad de este viaje sus organizadores decidieron fletar otro barco que irá al encuentro del primero, de Nueva York al puerto británico de Southampton. Los pasajes comenzarán a venderse próximamente. Es posible que haya u tercer barco, tan solo para periodistas y cineastas, que llovieron a los organizadores del viaje con solicitudes de acreditación.
El director de la compañía organizadora Miles Morgan dice que tamaño interés del público confirma que el nombre del “Titanic” ha devenido una palabra internacional que existe en cualquier idioma.
El rotativo británico “Inrependent” escribe que otras firmas también se proponen enviar excursiones al lugar del hundimiento del buque. Según la publicidad, una de las firmas propone llegar a este punto del Atlántico en el verano de 2012 a bordo de un submarino, construido en Rusia. Se trata de los batiscafos MIR, cada uno de los cuales, además del piloto, da cabida a dos pasajeros. El precio de tal excursión es estratosférica: 50 mil $. Y a pesar de esto las plazas han sido ya reservadas.


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