La arqueología subacuática española colabora con instituciones de todo el mundo desde la Región para recuperar el patrimonio sumergido en los mares

«La arqueología subacuática es una actividad muy joven en España», afirma Xavier Nieto, director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática, Arqua, en Cartagena que lleva poco más de tres décadas dedicado a esta materia y tuvo que marchar a especializarse a Francia, cuando un buen día decidió unir su pasión por el buceo con su vocación arqueológica. Hoy día, a nivel académico, la cosa ha variado poco: «Sólo hay dos universidades que impartan Arqueología Subacuática como asignatura, aunque es cuatrimestral, y en las demás son solo temas aislados dentro de otras asignaturas. No obstante, reconoce Nieto, «ha calado en la población y tiene gancho, y su evolución ha sido enormemente rápida. Hace 20 años no había arqueólogos subacuáticos en España, y ahora hay un abanico enorme de profesionales».
Según explican los especialistas españoles en la materia, entramos con 30 años de retraso con respecto a Francia e Italia, pero «tras 20 años al galope y quemando etapas, hemos recuperado el tiempo perdido y la arqueología subacuática española está en el grupo de cabeza de la arqueología subacuática europea y mundial. Nos hemos ubicado en primera línea de salida».
Actualmente, los esfuerzos se centran en cubrir las zonas de Asia-Pacífico, sobre todo Filipinas, y América Latina, para profundizar en el conocimiento de la etapa colonial española: no en vano fueron los principales destinos de los barcos de bandera española.
Así, Nieto ha tenido recientemente reuniones con universidades australianas y japonesas interesadas en excavar pecios españoles, del siglo XVI en adelante -«permíteme que no dé más detalles porque son proyectos suyos», se excusa Nieto-, en la zona de Filipinas y Japón, con la intención de subscribir convenios con ellas para marcar la presencia española en la zona.
De igual modo, explica Nieto, en 2010 se firmó un convenio de colaboración con Estados Unidos, con el fin de tener presencia en las investigaciones que se lleven a cabo en barcos españoles, y además conseguir que «el patrimonio español no se destruya ni caiga en manos de cazatesoros o expoliadores. Una vez salvados, también nos permite recuperar la información científica para entender mejor nuestra historia. Porque el tesoro de la arqueología hoy en día es el conocimiento científico. Nuestros museos y almacenes están llenos de objetos. La arqueología hoy ya no se entiende como recuperadora de objetos».
También, añade el director de Arqua, hay un convenio firmado con el Ministerio de Defensa para utilizar infraestructuras y embarcaciones con el fin de proteger todo este patrimonio sumergido que, recuerda Nieto, no son solo embarcaciones. «Los barcos son los yacimientos más abundantes, pero cualquier yacimiento que haya en tierra tiene su paralelo bajo el agua», afirma y recuerda que en los últimos 20.000 años el nivel del Mediterráneo ha subido 120 metros, por lo que hay cuevas prehistóricas con pinturas rupestres, cementerios, ciudades...
Qué, dónde y cómo
«Hay toda una batería de medidas que se están llevando a cabo al galope», constata Nieto, que asegura que elaborar la carta arqueológica de los fondos marinos es una de las prioridades actuales en España, de forma que se impida el expolio generalizado al que fueron sometidos los pecios españoles desde los 60 a los 80, cuando se extendió por la piel de toro la actividad del buceo. «Hoy es distinto porque los buceadores están muy concienciados, además se trabaja tanto con los clubes como con federaciones de buceo de toda España, ya que son los que más inmersiones hacen y los que nos pueden ayudar a vigilar los yacimientos», explica el director de Arqua, que está donde está gracias a que a sus ocho años su padre le regaló unas gafas y unas aletas y se aficionó a bucear.
El Plan Nacional para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático (un proyecto adoptado por el Consejo de Ministros y aprobado y firmado en 2009 por todas las comunidades) se plantea como uno de los objetivos importantes el inventario de todos los yacimientos subacuáticos que tenemos en España o lo que es lo mismo, la carta arqueológica. «Por pura lógica, si no sabemos qué tenemos, dónde lo tenemos y en qué estado de conservación está, difícilmente podremos hacer una política y un programa de futuro», razona Xavier Nieto, que cuenta que para ello han abierto Arqua a todo el mundo. Una de las fuentes de información importante son las gentes del lugar: ¿quién conoce mejor los fondos marinos que los pescadores y los buceadores locales? Las encuestas etnográficas y la captación de toda esa información local es importantísima. «Sería absurdo usar toda la tecnología, carísima, para hacer barridos o prospecciones aleatorias, si la población local sabe dónde están esos barcos».
Además, añade Nieto, se están vaciando todos los documentos de los archivos relativos a naufragios, que reúnen datos desde el siglo XV en adelante, para completar la infinita carta arqueológica. «Nos tomamos muy en serio cualquier aviso», asegura Nieto, que ha abierto las puertas de Arqua a toda la sociedad y que, como asegura el arqueólogo Juan Pinedo, ha iniciado en el centro de Cartagena una etapa muy ilusionante».

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