Los pillos se llevan artillería de guerra histórica... ¡Bendito, lo que nos faltaba!

Un antiguo cañón de hierro, que pesa sobre 4,000 libras y que data de entre los siglos 17 y 18, fue robado la pasada semana de un lote en la avenida Ponce de León, en Hato Rey. Los ladrones, que tuvieron que utilizar algún equipo pesado para remover la pieza, sólo dejaron en el lugar la base de cemento donde descansaba la valiosa reliquia.El lugar de donde fue extraído estuvo hasta la pasada semana cubierto de maleza y árboles, lo que protegía el cañón de guerra del ojo público, explicó a Primera Hora Juan Vera Vega, director de la oficina del Consejo de Arqueología Subacuática de Puerto Rico.

Vera Vega fue precisamente quien reportó el insólito robo.
Éste indicó que la última vez que se vio el cañón fue el pasado 24 de diciembre, cuando la reliquia todavía estaba cubierta por la maleza. Pero, la protección de naturaleza que tenía fue removida la pasada semana, supuestamente por orden del propietario del lote, ubicado frente a la Universidad Politécnica en Hato Rey.
Vera Vega dijo que el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) estaba en proceso de remover el cañón y que personalmente había ido a evaluarlo.
“Se había recomendado su remoción, se estaba haciendo la gestión para removerlo y buscando una grúa para hacerlo”, dijo.
“El 24 (de diciembre) habíamos tomado unas medidas de colocar unas cadenas en los portones, pues habían sido derribados. No teníamos información de que se iba a estar limpiando esa área”, agregó.
La División de Propiedad del CIC de San Juan inició la investigación de la extraña desaparición de esta pesada pieza histórica como un robo.

El agente Ángel Negrón, que está a cargo de la pesquisa, indicó que se conoce que hubo personal trabajando en la limpieza del lote durante los días martes y miércoles de la pasada semana.
Como parte de la investigación, Negrón adelantó que la Policía identificará al contratista que realizó el trabajo en el área y al propietario del solar para interrogarlos sobre la desaparición del cañón. El agente pidió a cualquier persona que tenga información sobre esa pieza histórica que lo comunique a la Policía.
Lo iban a restaurarVera Vega explicó que la pieza robada es un cañón de hierro que data del siglo 17 o 18 aproximadamente y que estaba en la lista de cañones que el ICP habría de restaurar.
“No hemos podido identificar la nacionalidad del cañón. Es posible que sea español, pero no lo hemos podido determinar. Su característica general indica que puede ser español”, afirmó.
Relató que al cañón le faltaba el “cascabel”, la bola redonda que tienen en su parte posterior, así como los “muñones”, que describió como los cilindros que están a los lados y descansan en “la cureña”, que es el carro que lo sostiene. “No sabemos si era de tierra o de barco”, agregó.
Según Vera, ese cañón fue dado de baja durante el periodo antiguo, pues éstos “tenían un uso limitado, y cuando llegaba ese número (de disparos), se retiraba, se les retiraba el cascabel y los muñones para que nos se usara más y para evitar el peligro de que explotara”.
Especuló que este cañón en particular pudo pertenecer a un antiguo hospital que ubicó hace años en ese lugar y que lo habrían utilizado como algún tipo de adorno.
Primera Hora supo que en ese lugar estuvo antes la Clínica Fernández García y luego un hospital para veteranos.
Vera Vega recordó que la Ley 112 de 1989 dispone que todos los recursos arqueológicos le pertenecen al pueblo de Puerto Rico, razón por la que este cañón pertenece al ICP.
Pidió también que cualquier persona que tenga información sobre el histórico cañón desaparecido se comunique con Laura Olmos, directora del Consejo de Arqueología Terrestre en el ICP.
Muchos cañones en la IslaRobert “Rroker” Orta, certificado por el Servicio de Parques Nacionales como experto en artillería antigua y quien se hace llamar “Capitán Coraje”, explicó a Primera Hora que a Puerto Rico se trajeron numerosos cañones durante los siglos 17 y 18 y que los había de todo tipo. Explicó que éstos se conocían por el peso de su munición y que en la Isla los hubo desde cuatro libras, que era el más pequeño, hasta de 40 libras, que era el mayor. Coincidió con Vera Vega en que, aparentemente, este cañón lo trajo a Hato Rey un administrador o fundador de la antigua clínica “como pieza de fachada”.
Rroker, quien forma parte de la organización sin fines de lucro Corsarios del Caribe, dijo que hacía años que el ICP estaba en gestiones para rescatar este cañón.


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