Es concurrido por sus playas templadas con aguas apacibles, ideales para practicar la pesca deportiva y el buceo

Entre el desierto, las montañas y el mar se encuentra la Perla del Mar de Cortés, mejor conocido como San Carlos. Este destino de playa está ubicado a una hora y media hacia el sur de Hermosillo, Sonora, y destaca por las actividades que se pueden realizar quí, como pesca deportiva, veleo, buceo, kayak, golf y excursionismo.

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El sector pesquero en Sonora es la fuente de ingreso más importante del sitio, ubicándolo en primer plano nacional a nivel productivo y San Carlos es uno de los principales destinos del estado para la práctica de la pesca deportiva.
Sus mares resguardan ejemplares como el pez vela, dorado, atún, barrilete, sierra y marlín, que es posible pescarlo durante el verano. En el invierno, se encuentra la cabrilla, cálico, salmón, pargo y el yellow tail o jurel.
Cuenta con un excelente clima, tiendas especializadas en renta y venta de equipo de pesca y más de 700 espacios para embarcaciones distribuidos en dos marinas.
Por las playas desérticas
Un camión que parte de Hermosillo recorre las calles desoladas a los costados del Mar de Cortés, la parada es en San Carlos, donde inicia la experiencia.
Entre el desierto, se observan pequeñas construcciones, entre las que destacan hoteles, restaurantes, bares, tienditas y distintos locales ofreciendo equipos para bucear, otra de las razones para visitar el lugar.
Los amantes del buceo asisten a este destino por las apacibles y cálidas aguas del mar y para observar los más de 800 tipos de peces y más de tres mil especies marinas.
Alberga especies como tiburones, ballenas, delfines, crustáceos e incluso en sus profundidades se han descubierto asombrosas formas de vida desconocidas hasta hace pocos años. Además, en los meses de noviembre a marzo es posible observar a la ballena gris, una especie que se acerca tanto a la costa y las embarcaciones que casi se pueden tocar. Este espectáculo atrae a miles de turistas de todo el mundo cada año.
Asimismo, sus playas vírgenes son un espacio ideal para la exploración, aventura y contacto con la naturaleza. Cabe destacar que Playa los Algodones, llamada así por sus dunas de arena blanca que se asemejan a bolas de algodón, es un lugar ideal para el buceo, la pesca y el windsurf.
Playa San Francisco es de las más visitadas por su oleaje tranquilo, es perfecta para practicar el kayak y esnórquel, mientras que la Isla San Pedro, ubicada a 45 minutos de la bahía, es concurrida por ser el santuario de los lobos marinos y miles de aves, como el bobo café y el pelícano. La Playa Piedra pintas, un lugar virgen rodeado de desierto y montañas, con bahías escondidas de agua cálida, es perfecta para nadar.
Desde allí se observa el emblema de San Carlos: el cerro Tetakawi. Su nombre designado por los Yaquis, significa “Tetas de Cabra”, llamada así por su peculiar silueta. Caminar por la calle que rodea el cerro, conformada por nopales y arena, hacia el mirador y desde donde es posible observar las distintas bahías desoladas con diferentes tonos de azules y la costa que da hacia el mar abierto, es otra actividad que no hay que perderse.
Además, en el lugar se localiza la marina Real de San Carlos con diferentes embarcaciones y de donde parten los recorridos a las islas aledañas. El sitio cuenta con distintas opciones de restaurantes y hoteles.
Después de visitar estas playas, el recorrido continúa a 30 minutos al sur por la costa hacia Guaymas, una de las principales ciudades productoras de camarón en el norte de México. Allí no puede dejar de probar los platillos elaborados a base de camarones gigantes, que son preparados en cócteles, a la diabla o al mojo de ajo. Son una delicia y el ingrediente perfecto para terminar el día.