El turismo es el principal motor económico de la isla, que se está resintiendo desde que se activaron las alarmas sísmicas, a finales del mes de septiembre.
Poblaciones como La Restinga, que fue desalojada en dos ocasiones, viven casi exclusivamente de esta actividad y en esta población están localizados la mayor parte de los centros de buceo existentes en El Hierro, uno de sus principales atractivos. Armando Rodríguez, directivo de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios de la isla señala que el porcentaje de cancelaciones en este período supera el 90 %, con la única excepción de Valverde, localidad que se ha convertido en el centro neurálgico de los equipos de científicos que están analizando el fenómeno volcánico.
«Estamos en una situación crítica y espero que a partir de ahora la gente se anime a venir», explicó Rodríguez. La falta de turismo también está provocando un efecto cascada sobre la hostelería y el pequeño comercio, sectores que han visto sustancialmente recortados sus ingresos. También la pesca está viviendo un mal momento. La prohibición de faenar al sur de la isla provoca que más de una decena de barcos lleven meses amarrados.


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