Los expertos en Medicina Hiperbárica están preocupados por lo que llaman falta de preparación y capacitación de los buzos amateus en Chile. Dicen que que reciben baja instrucción sobre los problemas post buceo.



Los especialistas de Medicina Hiperbárica del Hospital del Trabajador de Santiago (HTS) hicieron un urgente llamado a fomentar el auto cuidado, consciente y responsable, en la práctica del buceo. El gremio está altamente preocupado por el aumento en la demanda de buzos que generarán las empresas
Los expertos en esta discilplina acusan falta de preparación y capacitación en los cursos de instrucción, especialmente sobre los problemas post buceo, como son la presencia de las temidas micro burbujas que solamente pueden ser detectadas con un examen Doppler y que, en algunos casos, puede dañar gravemente huesos y cerebro.
El tema acaba de ser tratado en el “I Simposio de Buceo HTS” que se desarrolló hoy y donde médicos nacionales y extranjeros dieron a conocer los avances en el manejo de enfermedades asociadas a esta actividad y las nuevas estrategias de descompresión y post buceo.
“Hay algunas escuelas de buceo que sacan buzos marmicoc, de una semana para otra, sin siquiera hacer un examen médico para evaluar el estado físico y cardiovascular del alumno. Eso es un error. Es necesario conocer la fisiología y el comportamiento del cuerpo humano bajo condiciones hiperbáricas y entender el nuevo concepto de las micro burbujas”, señala el doctor Antonio Felmer, del Servicio de Medicina Hiperbárica del Hospital del Trabajador de Santiago (HTS).
El especialista explicó que “los buzos pueden estar usando correctamente las tablas de descompresión, pero si están dentro del grupo de riesgo que de todas maneras va a presentar micro burbujas en el organismo, por el simple hecho de ser más susceptibles, nadie puede saber quiénes son, porque la única manera de detectarlo es con un examen Doppler”.
Agregó que “hoy, la preocupación es cómo hacer los ascensos para que hayan menos micro burbujas o que éstas sean las más pequeñas y las menos posibles. Y para eso hay estrategias que no se están dando a conocer en las escuelas, como la importancia del cambio de gases durante el ascenso o la necesidad de reposo, hidratación, abrigo y oxigenación en el post buceo para dar seguridad a este grupo desprovisto que sí o sí va a presentar micro burbujas”.
El doctor Felmer precisó que “estas micro burbujas ingresan al torrente sanguíneo y pueden dañar seriamente los huesos e incluso provocar un daño cerebral crónico. Ya hay casos de buzos que han terminado con muerte de las cabezas femorales y que deben operarse para instalarse prótesis, o bien quedan inválidos”.
También advirtió sobre la falta de reglamentación. “Hay que hacer un esfuerzo por normar las escuelas de buceo. Las deportivas tienen sus normas internacionales, pero las de buzo profesional no. Debe haber un estándar común, que estén claros los currículos, materias y exámenes”.


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