Un profesor de la Universidad de Vigo lidera una expedición científica en los fondos submarinos del Golfo de Cádiz

La solución a muchas incógnitas del pasado y el futuro del planeta podría estar enterrada en el fondo del mar. Concretamente, entre 500 y 1.400 metros de profundidad entre el Golfo de Cádiz y el oeste de Portugal, donde se conservan las huellas de los cambios en la circulación marina y de los cambios climáticos; algunos de éstos son abruptos y"en gran medida comparabales al rápido calentamiento global actual".
Por primera vez y tras ocho años de preparativos, una expedición científica comandada por un profesor de la Universidad de Vigo, Francisco Javier Hernández Molina, perforará el fondo submarino del Golfo de Cádiz para dar respuesta a cinco objetivos científicos. Y lo harán en el buque de investigación más sofisticado del mundo: el "Joides Resolution", que zarpará la próxima semana de Ponte Delgada, en las Islas Azores, rumbo a lo desconocido. Allí existe una zona de vital importancia para reconstruir la evolución de los fondos marinos desde hace cinco millones de años hasta la actualidad. Se trata de un punto clave, pus reprepesenta el límite entre la placa tectónica africana y la placa europea.
El próximo 17 de noviembre el buque "Joides Resolution" comenzará en Ponta Delgada (Azores) la campaña, denominada "IODP Expedition 339" liderada por los jefes científicos, Dorrik A.V. Stow, de la Heriot Watt University, de Edimburgo y el español Francisco Javier Hernández-Molina, de la Universidad de Vigo –ambos investigadores de prestigio internacional en la exploración marina profunda–. Participa como coordinador del proyecto Carlos Álvarez Zarikian de la Universidad de Texas A&M (EE UU), así como un equipo científico compuesto por 34 investigadores de trece nacionalidades; entre ellos catorce europeos: España (4); Gran Bretaña (2); Francia (3); Portugal (2); Alemania (1); Holanda (1); y Austria (1). Estarán dos meses en alta mar, hasta el 17 de enero de 2012, que prevén regresar a Lisboa
Unos depósitos submarinos, denominados "drif contorníticos", generados por la masa de agua mediterránea que sale del Estrecho de Gibraltar, contienen un impresionante y detallado registro de las variaciones del nivel del mar y los cambios climáticos de los últimos 5 millones de años. Esas acumulaciones de limos y arcillas en montículos guardan una precisa información de los cambios en la intensidad del flujo de la corriente. Por tanto, uno de los objetivos de la expedición es reconstruir el registro de estos cambios naturales, para tener una mejor idea de los posibles cambios del futuro.
Aún para los neófitos, los datos que se desprenden del estudio resultan atractivamente curiosos: Se sabe que el estrecho de Gibraltar estaba cerrado hace 6 millones de años, cuando Europa y África estaban conectados por Tierra. Además, una vez que se abre el Estrecho de Gibraltar, se generó una oculta catarata submarina de agua meterránea hacia el océano Atlántico. Tiene una caída superior a la mayor cascada de la Tierra (la catarata del Salto del Ángel, en Venezuela tiene 979 metros de altura, mientras que la de agua mediterránea llega a los mil).


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