Los propietarios de los diez centros de buceo de El Hierro se sienten "abandonados, indefensos y desprotegidos" tras la erupción volcánica submarina, que obligó al cierre de las empresas, ha afirmado hoy a Efe uno de ellos, Iñaki Cayón.
Los buceadores y los pescadores viven "exclusivamente" del mar y los segundos tienen alguna salida, pero "nosotros no", indicó Iñaki Cayón, quien criticó que desde la Viceconsejería de Pesca del Gobierno de Canarias nadie se ha puesto en contacto con ellos, ni les reciben ni responden a sus escritos.
Explicó Iñaki Cayón, que, según se ha publicado en el Boletín Oficial de Canarias, los centros de buceo dependen de la Viceconsejería de Pesca, y agregó que desde ese organismo nadie les responde.
Además, explicó, en el Cabildo de El Hierro, que debe gestionar las ayudas que se reciban en la isla, les dicen que en realidad serán atendidos desde la Viceconsejería de Turismo.
Por ello, Iñaki Cayón considera que los propietarios de los centros de buceo están desprotegidos y tienen las puertas de sus locales cerradas pues hay una zona de exclusión marítima de cinco millas, por lo que no pueden hacer "absolutamente nada".
La incertidumbre "nos mata" pues el problema es que no se sabe hasta cuándo estarán sin trabajar, con lo que Iñaki Cayón se pregunta si cerrar el negocio.
Iñaki Cayón ha sido uno de los propietarios de centros de buceo que ha trasladado parte de su material hasta el puerto de La Estaca, en el municipio de Valverde, pero la mancha que deja la erupción volcánica submarina está llegando a esa zona.
Explicó que no tiene reserva alguna para bucear y que ha cambiado la web y ha hecho ofertas, pero para el futuro la clientela es "cero", algo que le agobia pues no tiene ingresos y mantiene la publicidad.
Iñaki Cayón declaró que los únicos correos electrónicos que recibe son de apoyo "pero reservas ninguna" y le duele la sensación de abandono, pues los pescadores, comentó, al menos tendrán paro biológico, pero los buceadores, que también dependen exclusivamente del mar "nada y urgen las ayudas".
"No puede ser que me pongan como si fuera un supermercado, que tienen poco negocio pero venden algo", criticó Iñaki Cayón, quien insistió en que los centros de buceo tienen las puertas cerradas porque tienen prohibido navegar.
El momento es de "desesperación y necesitamos que alguien nos diga que vamos a recibir algo para pagar la hipoteca y el local, pues ya no vale la palmadita en la espalda y el discurso político de que no nos preocupemos que están ahí y nos echarán una mano".


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