En la ciudad Stáraya Rusa, provincia de Nóvgorod, sesiona un congreso de arqueólogos. Asisten científicos de Armenia, Bielorrusia, Alemania, España, Kazajistán, China, Polonia y Ucrania. Hay muchos puntos a discutir. Uno de los temas más interesantes es la arqueología subacuática.
Barcos y ciudades sepultados bajo una cama de limo y agua siempre han agitado la imaginación de la gente. Los datos estadísticos más modestos dicen que durante a historia de la navegación se han hundió no menos de un millón de barcos fluviales y marítimos. Un ejemplo decidor son los recientes hallazgos hechos por arqueólogos subacuáticos que investigaban el trayecto del gasoducto Nord Stream en el fondo del Mar Báltico, cuenta el doctor en Historia Alexander Okorokov.
Antes de tender el gasoducto, los buzos y diversos aparatos escrutaron el fondo con vistas a descubrir objetos explosivos y monumentos históricos. Descubrieron 40 barcos, entre ellos embarcaciones del siglo XVII, bien conservadas, casi íntegras.
La arqueología subacuática rusa tiene viejas tradiciones. Ya en 1882 en Kronstadt fue fundada la primera escuela de buzos en el mundo. Pero una amplia expedición arqueológica subacuática se llevó a la práctica por los años 1930, a Quersoneso, situado no lejos de Sevastópol. Fue entonces cuando en el fondo del mar Negro se tomaron por primera vez en el mundo fotografías subacuáticas. En los años 1960, después de inventado el aparato para natación submarina, Rusia devino “árbitra de la moda” en la arqueología submarina científica, al paso que en Occidente se desarrollo una corriente de buscadores particulares de tesoros. Hoy día en la arqueología subacuática se fundan grandes esperanzas, continúa Alexander Okorokov.
Ahora se llevan a cabo trabajos orientados a formar y aprobar una base teórica sobre el patrimonio cultural subacuático. Se hacen trabajos prácticos. Las búsquedas proseguirán en el Mar Báltico, en el Mar Negro, en el río Vóljov en Veliki Nóvgorod. Este año fue creado el consejo de expertos para el patrimonio cultural subacuático adjunto al Ministerio de Cultura, encabezado por el viceministro de cultura Andrei Busyguin.
Los arqueólogos submarinos rusos toman parte en expediciones internacionales. Una auténtica sensación científica fueron las investigaciones efectuadas en un lago peruano en altas montañas, en donde fue descubierto un centro de culto de los siglos XI-X antes de Cristo. En la expedición organizada por la Sorbona y el Ministerio de Cultura de Perú ya por quinta vez participaron científicos rusos.
En la arqueología subacuática hay muchos misterios sin despejar. Por ejemplo, no menguan las polémicas en torno a la flota desaparecida de Alejandro Magno, junto con la que se hundió una tercera parte de los tesoros de este Dueño del Mundo. Según una de las numerosas versiones, se la debe buscar en el fondo del Mar Negro.


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