Las islas Galápagos fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978, en 2001 esta declaración se amplió a Reserva Marina. Galápagos es considerado un laboratorio natural para comprender los procesos de adaptabilidad y selección natural de las especies, principios sobre los que se sustenta la teoría de la evolución. Las islas, además, son famosas y conocidas a nivel mundial, porque en ellas existen especies endémicas, únicas en el planeta.
El origen de las islas Galápagos, en el territorio nacional, es el que más ilustra sobre la relación de dependencia entre la geodiversidad y biodiversidad. La biodiversidad de Galápagos está relacionada a su origen volcánico (genéticamente relacionado a una dorsal y a punto caliente ubicado en el manto de la Tierra). La biodiversidad del archipiélago, además, depende de la existencia de la cordillera submarina de Carnegie, orientada en sentido este-oeste.
Las islas son de origen volcánico y sobre la base de investigaciones realizadas se conoce que nunca estuvieron unidas al continente, a lo que se suma un hecho único: en Galápagos convergen tres corrientes submarinas: dos de ellas, la fría de Humboldt -que nace en el polo sur y asciende paralela al borde occidental de Sudamérica- y la corriente cálida El Niño -que desciende desde Centroamérica- al avanzar hacia el Ecuador chocan contra la cordillera submarina de Carnegie y se desvían hacia el oeste -a las islas Galápagos-. Una tercera corriente -la de Cromwell-, que se desplaza paralela a la línea Ecuador, en dirección oeste-este, también confluye en Galápagos.
En el mundo existen archipiélagos en los cuales confluye una corriente submarina. A otros excepcionalmente dos. En el archipiélago de Galápagos confluyen tres corrientes submarinas: dos frías y una cálida. Además, como señalamos, las islas son de origen volcánico y se encuentran bastante separadas unas de otras -de 50 a 80 kilómetros-. Esta particularidad ha hecho que cuando una especie viva (animal o vegetal) llega a una de las 13 islas del archipiélago, de acuerdo a las condiciones del medio y del ambiente de esa isla, desarrolle condiciones específicas para poder subsistir.
Esta particularidad fue observada y demostrada gracias a la genialidad de Charles Darwin, quien estudió las especies vegetales y animales del archipiélago y particularmente a un pájaro llegado desde el continente -el pinzón-, especie que existe en todas las islas. Sin embargo, en dependencia del ambiente y condiciones existentes, los pinzones han adquirido un mayor desarrollo corporal, o de las alas, pico, garras, etc. La colección de pinzones seleccionada por Darwin se conserva en el instituto que lleva su nombre en la isla Santa Cruz, y es uno de los fundamentos de la teoría de la evolución, basada -como se señaló- en los procesos de adaptabilidad y selección natural de las especies.


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