Miembros de Greenpeace, a bordo del Rainbow Warrior, han manifestado hoy su apoyo al proyecto de creación de una reserva marina en las Islas Formigues promovida por la cofradía de pescadores de Palamós y la Cátedra de Estudios Marítimos de la Universidad de Girona.

Los pescadores de Palamós se unen así a los primeros proyectos en los que, como en Lira (A Coruña) y El Hierro, son los propios pescadores los que están promoviendo la protección de zonas especialmente sensibles en el medio marino para permitir la recuperación de los recursos pesqueros.

Según el responsable de la campaña de océanos de Greenpeace, Sebastián Losada, el descenso de los recursos pesqueros en el Mediterráneo es evidente; son imprescindibles iniciativas que permitan su recuperación.

Un proyecto como éste en el que los propios pescadores promueven la protección del medio marino es un ejemplo del camino a seguir en todo el mundo, ha añadido.

Tal como constata la memoria del proyecto, la actividad pesquera de la flota artesanal se ve actualmente amenazada por la disminución continua de la riqueza debido a la sobreexplotación, el aumento de la presión sobre el medio marino por parte de otras actividades como la pesca submarina y los fondeos, y la degradación de los espacios costeros.

La propuesta supone el inicio de un proceso participativo de discusión que incluye a todas las partes interesadas y que originará un modelo de gestión con una zona delimitada de reserva integral en la que las actividades extractivas quedarán prohibidas.

Otra zona se destinaría al uso exclusivo de las flotas pesqueras profesionales tradicionales, y también se establecerían zonas y normas para la práctica de la pesca recreativa, el buceo y otros usos del mar.

El Rainbow Warrior se encuentra realizando en el Mediterráneo desde el pasado 14 de julio una intensa campaña para denunciar las agresiones que sufre este mar y demandar la creación de una red de reservas marinas como uno de los instrumentos principales para permitir la recuperación de los ecosistemas marinos.

Los ecosistemas del Mediterráneo están actualmente afectados por la sobreexplotación, la contaminación y la degradación de los ecosistemas pesqueros.