Dos de ellos fueron cazados con arpón por el instructor de buceo Santiago Estrada..
La captura de dos peces león en el sector de Los Cocos, una playa cercana a la Marina de Santa Marta, durante la jornada de limpieza submarina realizada el pasado domingo, confirmó la proliferación de esta especie invasora en la bahía samaria.
Los dos ejemplares fueron cazados con arpón por el instructor de buceo Santiago Estrada, a una distancia de 300 metros de la orilla y 18 metros de profundidad. Uno estaba refugiado en un árbol de navidad sumergido frente a la desembocadura del río Manzanares y el otro cerca del espolón de la Marina.
"Ellos (los peces león) usan como refugio cualquier objeto grande como llantas o tarros de pintura y como en esta área - la desembocadura del río Manzanares- baja tanta basura sería posible encontrar peces león, incluso a menor profundidad, donde podría ser un riesgo para los bañistas", dice Estrada.
Pero esta no es la primera vez que encuentran al pez león en la bahía de Santa Marta. Buzos de la escuela Vida Marina, a la que pertenece Estrada, han visto en sus inmersiones entre cuatro y cinco ejemplares cerca de las boyas de marcación de la bahía, al igual que en Taganga y El Rodadero, incluso a dos metros de profundidad.
Para la bióloga marina Aminta Jáuregui, docente de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, el hallazgo del pez león en fondos arenosos y escondido en refugios artificiales en la bahía de Santa Marta, donde las aguas son cálidas, evidencia la capacidad de adaptación que ha desarrollado esta especie originaria del océano Indopacífico.
"Lo particular es que si bien esas especies se caracterizaban por estar en el Indopacífico asociadas a formaciones coralinas y siempre tener refugios como el coral y a temperaturas mucho más frías, ya han desarrollado capacidades para adaptarse a otras temperaturas y condiciones", explicó Jáuregui.
Y advirtió algo favorable de todo esto. El veneno que tiene este pez en las espinas, según ella, pierde su poder tóxico al acostumbrarse a aguas cálidas. "Se ha comprobado que las personas que han pinchado acá en faenas de captura, terminan como por cuatro días con inflamación y urticaria, pero no con cuadros de envenenamiento como si pasaba en la zona original".
No obstante, los bañistas tienen que tener precaución porque de ser pinchados por este pez pueden pasar un mal rato, sobre todo ahora que existe la posibilidad de que se encuentren más cerca de la costa y que tengan como refugio rocas o muelles.
http://www.eltiempo.com