Hablar de la salud del arrecife en Roatán es hablar
de dinero. Es la punta de lanza del turismo nacional, y el dinero que
entra a la isla se distribuye luego en el resto del país

En las últimas dos décadas, el turismo ha pasado de ser un sector
marginal de la economía hondureña a convertirse en el tercer mayor rubro
generador de riqueza en el país.

Ninguna comunidad en Honduras
ha experimentado más este crecimiento que la isla de Roatán, que -a
causa de la belleza marina que la rodea y sus excelentes condiciones
para practicar el buceo- es el principal destino a visitar y está
considerada actualmente como un destino mundial.

El esplendor de
Roatán es tal que la revista National Geographic ha incluido a Roatán en
una selección de 10 destinos mundiales a visitar en verano,
describiendo a la isla de la siguiente manera: “Este destino de ensueño
para cualquier buceador está rodeado por un arrecife vivo de coral, que
se extiende directamente desde sus costas”.

De acuerdo con
Ricardo Merren, director ejecutivo de la Zona Libre Turística de las
Islas de la Bahía (Zolitur), “el producto de venta de nuestro turismo es
el arrecife; es lo que nos ha puesto en el mapa. De cada 10 turistas
que llegan a Honduras, 7 de ellos pasan en algún momento de su viaje por
Roatán”.

Polo de desarrollo

Esto convierte a la
isla en la punta de lanza de la industria del turismo en Honduras. Más
aun, como explica Ricardo Merren, la riqueza que entra al país por la
vía de Roatán se distribuye luego en el resto de Honduras: “De cada
dólar que entra por turismo, 80 centavos de dólar, es decir el 80 por
ciento, llega luego a tierra firme por compra de alimentos, materiales
de construcción y otros suministros que se traen desde los puertos de La
Ceiba y Cortés”.

La razón de este lazo comercial tan fuerte con
tierra firme, como explica el director de la Zolitur, se debe a que la
isla “no tiene la capacidad de producir alimentos, y esta dependencia
comercial ayuda a oxigenar al resto de la economía del país, y permite
que Roatán se especialice como una zona de desarrollo turístico, que es
su verdadero potencial”.

Bienestar en riesgo

Pero no
todo es felicidad en Roatán. El deterioro del arrecife pone en peligro
la prosperidad que ha experimentado la isla a causa del crecimiento del
turismo: “¿Qué vendemos nosotros? ¿Por qué tuvimos el éxito financiero y
conocido de las Islas de la Bahía, particularmente en Roatán? Porque
hemos preservado nuestros recursos. La gente viene aquí por el
arrecife”, expresó Romeo Silvestri, diputado único por Islas de la
Bahía.


El crecimiento desordenado que ha tenido lugar a raíz del boom del
turismo, y el consecuente crecimiento de la población humana, le está
pasando factura al medio ambiente, que es el atractivo turístico de la
zona.
“Le ponemos un peso enorme a la isla”, agregó Julio Galindo, alcalde de Roatán.

Abandono del Gobierno Central

Los
grupos de la sociedad civil advierten que el crecimiento actual de
Roatán está hipotecando el futuro del turismo y la comunidad, ya que la
isla no será capaz de sostener a la población humana si esta no respeta
los límites de la capacidad de la naturaleza.

Estos grupos
señalan dos grandes impedimentos para hacer efectivo el desarrollo
sostenible: la falta de personal técnico de las oficinas municipales y
estatales para implementar efectivamente las leyes ambientales; y el
déficit de infraestructuras necesarias para contener el impacto de la
vida humana en el ambiente.


De acuerdo con Irma Brady, directora de BICA, organización pionera en la
conservación del medio ambiente en la isla, “el gran fallo a todo nivel
es que las dependencias públicas correspondientes siempre usan como
defensa que no tienen suficiente personal”.
Cabe resaltar que ni el
Instituto Hondureño de Turismo ni la Serna (Secretaría de Recursos
Naturales) cuentan con una oficina en el principal polo de desarrollo
del turismo en Honduras.

La falta de fondos en una de las municipalidades que más impuestos produce para el país resulta difícil de entender.

El
problema parece estar, como recuerdan los biólogos, en que al ser
Roatán una isla no podrá sostener el desarrollo sin la infraestructura
adecuada. De acuerdo con Ricardo Merren, director de la oficina
encargada de financiar los proyectos de infraestructura que demanda el
crecimiento demográfico y turístico en las Islas de la Bahía, “el
problema actual es que, con la nueva disposición presupuestaria del
Estado, nos quitan el 50 por ciento de nuestros recursos generados en la
isla.

Solo viene el 50 por ciento, el cual tenemos que priorizar
para hacer las inversiones”. De acuerdo con Merren, la fuga de
impuestos antes era incluso peor. Sin embargo, descuidar las necesidades
de infraestructura y desarrollo sostenible de esta isla podría ser lo
mismo que matar a la gallina de los huevos de oro: “si tú matas la
gallina ya no puedes obtener más huevos”, recuerda el director de la
Zolitur.


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