Amelia Cánovas Coordinadora de educación ambiental en Planeta Azul


«Ojalá nos llevaran a más parques de naturaleza y a menos de atracciones». Esta afirmación es una de las que más le han impactado desde que es oceanógrafa a Amelia Cánovas (Murcia, 1972). Se lo dijo una niña de seis años que participó en una de las actividades educativas que organiza Planeta Azul. Fue un día completo. Escaló en Calblanque, conoció el problema de la bahía de Portmán y visitó la reserva marina de Cabo de Palos, entre otros lugares. Amelia recuerda que su pasión por la naturaleza se la contagió Miguel Ángel Gallego, un alpinista que la llevó con doce años a bucear por primera vez a La Azohía. Ella quiere seguir sus pasos y hacer ver a los demás que la naturaleza es mejor vivirla en persona, no por la televisión.
- ¿Qué momento vive la educación ambiental en Cartagena?
- Nuestra empresa se ubicó en Cartagena por las condiciones excepcionales de la comarca para el desarrollo del ecoturismo. La naturaleza de Cartagena te acerca a la singularidad del sureste y, a la vez, a conocer los recursos naturales que a lo largo de la historia atrajeron a diferentes civilizaciones. El paisaje es un libro abierto, y conocer el entorno es una satisfacción.
- ¿Qué carencias tiene?
- Las habrá, pero solo te puedo decir que nunca hemos tenido problema para desarrollar nuestras actividades. Aunque a veces echas en falta cosas tan elementales como mayor limpieza. Por eso, educación, educación y educación.
- ¿Están concienciados los jóvenes con el medio ambiente?
- En general puede haber más concienciación y sensibilidad ambiental en los jóvenes. Pero también somos consumidores más ávidos y el tipo de desarrollo que llevamos a cabo como sociedad está muy por encima de lo sostenible. Por otra parte, hay mucha información basada en opiniones y prejuicios más que otra cosa. La solvencia de las fuentes de información es muy importante, por eso hay que remitirse a lo que dicen informes técnicos y científicos. Los jóvenes que tienen la fuerza para impulsar cambios necesitan liberarse de prejuicios y estar bien informados.
- ¿Se ven los frutos de estas campañas o se deberían realizar más?
- La educación es como la lluvia fina, debe ser constante para que pueda calar hondo. Quiero pensar que algo queda en los niños y niñas que son tan entusiastas durante las actividades. Pasado mañana serán gestores, empresarios o usuarios del territorio. Todo lo que se haga es poco.
- ¿Qué diferencias hay entre Cartagena y otras ciudades en relación al medio ambiente?
- Quizá otras zonas han advertido antes los beneficios de conservar la naturaleza y optan por un desarrollo sostenible. El turismo es cada vez más exigente y competitivo y apostar por complementar los destinos con grandes áreas naturales es distintivo de un turismo de calidad.
- ¿Cuáles son los mayores problemas que se encuentran aquí?
- Todavía no tenemos la convicción de que conservar es rentable socialmente y económicamente. Por eso el medio ambiente sigue en segundo plano en la toma de decisiones sobre gestión del territorio. Por otra parte, fuera del ámbito investigador y conservacionista, conocemos poco sobre la singularidad de la naturaleza regional que, sin embargo, junto al resto del sureste peninsular, se encuentra en una de las zonas más interesantes de Europa.
- La proliferación de medusas en los últimos años en el Mar Menor es motivo de quejas y preocupación por sus efectos ambientales, sanitarios, económicos. ¿Cuáles son las causas principales del aumento de celentéreos?
- Principalmente tres: la apertura del Canal de Estacio, la entrada de residuos de la actividad agrícola a través de la rambla del Albujón y la sobrepesca. Dicho de otro modo, les hemos abierto la puerta a las medusas. Les damos abundante alimento y reducimos a sus predadores.
- ¿Qué similitudes tiene el crecimiento explosivo de medusas en el Mar Menor con respecto a este fenómeno en otras zonas costeras?
- Al tratarse de un entorno confinado, ¿cómo salen las medusas de la laguna? Por otra parte, y sin que se malentienda, las medusas están protegiendo el Mar Menor ya que actúan de filtro biológico y retiran los nutrientes y el exceso de plancton. Sin medusas, la misma entrada de fertilizantes agrícolas al Mar Menor lo convertiría en una sopa verde de algas y plancton que consumirían el oxígeno disponible. La solución a este problema está en controlar los vertidos y no la consecuencia que es la explosión de medusas en este caso.
- ¿Cuáles serían a su juicio las principales líneas de actuación para resolver este problema?
- Una protección real del medio marino contribuiría a mejorar la situación ecológica del Mar Menor. Ya como opinión personal creo que al tratarse de un problema ambiental sería conveniente dotar a las autoridades de Medio Ambiente de más competencias y recursos para liderar y afrontar definitivamente la recuperación del Mar Menor.
- ¿Cree en una solución definitiva, o bien habrá que aprender a convivir con esta situación?
- El 90% de los nitratos y fosfatos provienen de los vertidos a través de la rambla del Albujón; por tanto, la actuación en este punto debería ser prioritaria. La segunda pregunta se la remito al lector: ¿quiere convivir con esta situación? Asumir la degradación de un ecosistema tan singular no sería buena tarjeta de presentación social ni turística. Por otra parte, esta situación no es estable, la tendencia es a empeorar y las investigaciones mencionadas alertan de un posible colapso de la laguna. La solución comienza, según los informes, por la actuación en el punto de vertido del Albujón. Después habría que adoptar medidas complementarias.

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