Muchas de las muertes por naufragio registradas en Galicia parecen no tener una explicación lógica. En los naufragios se ha barajado siempre el famoso "golpe de mar" y se han buscado soluciones en los portillos abiertos indebidamente, la mala estiba de los aparejos y la carga del pescado, el izado de redes con olas por el costado contrario, velocidad excesiva en temporal, tren de olas... y la no menos famosa vía de agua. Pero la realidad es que, a pesar de venir avalados (o tal vez por eso) por la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes Marítimos, los dictámenes sobre las causas del hundimiento de un barco siempre dejan incoherencia y muchas ventanas abiertas a la simple especulación.

Ahora, investigadores de la Universidad de Nice-Sophia Antipolis, han descubierto dos nuevas olas de las que, según se dice, nada se sabía hasta ahora.

Según ha publicado Physical Review Letters, las pruebas realizadas en un contenedor han dado como resultado la formación de olas solitarias u olas de Faraday que se generan en la superficie de un líquido que vibra cuando la frecuencia de esa vibración supera unos valores determinados y la superficie se vuelve inestable. Así se generan dos tipos diferentes de olas: una simétrica y otra no. La primera da lugar a dos crestas simétricas -como una imagen que se refleja en un espejo- a izquierda y derecha del citado contenedor. La segunda generó también dos crestas, pero una mayor que la otra. El primer tipo de ola jamás había sido observado en el agua, pero sí en otros experimentos sobre la superficie de una capa de pequeñas cuentas de bronce en vibración. Por contra, el segundo tipo jamás había sido observado por un científico.

Hasta ahora se conocían dos tipos de olas solitarias, pero las que se han observado pertenecen a una nueva categoría que ahora se va a estudiar y que tendrían que ver, probablemente, con las olas gigantes que surgen inesperadamente en alta mar y que pueden alcanzar alturas de hasta 30 metros. Este tipo de olas no tienen nada que ver con los terremotos, tormentas, ni tsunamis, y constituyen una seria amenaza para la navegación.

¿Son estas olas desconocidas las causantes de tantos naufragios entre los barcos gallegos de pesca?

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