Desde la Antigüedad el ser humano se ha visto obligado a internarse en un medio que no era el suyo, el subacuático, sirviéndose en aquellos momentos únicamente de la cantidad de aire que podían acumular en sus pulmones. Las motivaciones eran diversas: obtención de alimentos, extracción de elementos naturales, llevar a cabo operaciones militares bajo el agua o la recuperación de aquellos restos que quedaron sumergidos por las aguas debido a accidentes, conflictos bélicos o circunstancias naturales adversas.

El denominador común en todos los casos fue el buceo, cuya evolución ha proporcionado un mayor y mejor conocimiento del mundo subacuático. Así, existen diversos bajorrelieves del siglo IX a.C. en los que se pueden ver representados hombres que empleaban odres de piel llenos de aire que les permitían bucear sin necesidad de salir a la superficie y ser vistos por los enemigos. Asimismo, existen escritos diversos, como los de Heródoto del año 460 a.C., en los que se relatan las recuperaciones de cargas procedentes de barcos hundidos.

Cinco expertos valoran este patrimonio subacuático y proponen fórmulas para protegerlo. Milagros Alzaga García y Carmen García Rivera esclarecen el nacimiento y los retos de la arqueología submarina y presentan a sus pioneros. Marina Alfonso Mola y Carlos Martínez Shaw indagan en las causas de los naufragios, cuantifican su incidencia y valoran su distribución geográfica y las respuestas de los viajeros en las situaciones de riesgo. Julio Martín Alarcón narra los casos más relevantes de piratería moderna y explica el plan nacional para proteger los pecios españoles de la rapiña.