Los profesionales incorporarán una botella de cinco litros de oxígeno a los equipos que utilizan en la actualidad


Los buzos que se dedican al arranque de algas en la costa gijonesa aumentarán las medidas de seguridad, según acordaron ayer tras una reunión con los responsables de la Capitanía Marítima de Gijón. En concreto, estos profesionales sumarán una botella de cinco litros de oxígeno para aumentar las medidas de seguridad con las que venían contando hasta el momento. En realidad, los buzos consideraban que ya era suficiente con un compresor de 200 litros, una botella de oxígeno a bordo de la embarcación y una pequeña botella, que denominan 'biberón', para usar en caso de emergencia.
De esta forma, se disipan las dudas que tenían los patrones de las ocho embarcaciones gijonesas que se dedican a la campaña de recogida de ocle y que habían visto que su futuro peligraba después de que hace una semana falleciera el buzo gozoniego Daniel Heres mientras realizaba su trabajo. Se había pensado que Capitanía Marítima impondría a las embarcaciones la aplicación de duras medidas de seguridad, similares a las empleadas a grandes profundidades, pero el acuerdo alcanzado ayer asegura la continuidad en el trabajo para 24 buzos -tres por embarcación- y 16 marineros, además de descargadores o secadores de las algas, entre otros puestos indirectos.
La práctica totalidad de afectados se concentraron ayer ante las instalaciones de la Capitanía Marítima de Gijón para respaldar las medidas de seguridad de que ya disponían, ya que, según aseguraron, «fue el primer accidente que se registró en más de 30 años».
Estos profesionales trabajan a un máximo de 10,5 metros de profundidad, por lo que no se explican las causas del accidente que le costó la vida a Daniel Heres: «Es la primera vez que ocurre algo así. El accidente ocurrió a ocho metros de profundidad y con las medidas de seguridad que tenemos es suficiente. Estamos superseguros, porque es una profundidad ridícula», explicó Javier, uno de los buzos del 'Sabadiego'. Y es que tienen claro que «un accidente puede ocurrir en cualquier sitio».
Los buzos bajan a profundidades que no precisan de descompresión, pues no pueden superar los once metros, y el título que tienen les permite la extracción de algas, oricios y navajas. «No trabajamos en sitios confinados, ni a oscuras. Siempre con buena mar y con dos compañeros», apunta Juan, marinero de la misma embarcación.
50 días como máximo
La campaña dura tres meses y como mucho trabajan unos 50 días. Siempre lo hacen cerca de la costa y en la franja que discurre entre la playa de España y Bañugues. Roberto, patrón del 'Sabadiego', recuerda que «el año pasado todas las embarcaciones pasamos pruebas de estabilidad y compramos una grúa nueva. Los barcos están dados de paso por Capitanía Marítima y porque haya habido un accidente no se pueden paralizar.

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