Un seminario denominado Conservación de objetos arqueológicos de procedencia subacuática dio inicio ayer en la Villa Santa Inés, sede del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), ubicada en la avenida Principal de Caño Amarillo. La actividad que está a cargo del ingeniero químico y restaurador cubano Manuel Almeida, aborda 10 temáticas que tratan sobre el medio ambiente marino, sus características y la acción que ejerce sobre los objetos que se encuentran en él. Asimismo ofrece una panorámica acerca de los materiales que con más frecuencia se encuentran en los sitios arqueológicos subacuáticos como cerámica, vidrios, madera, hueso, astas, marfil y metálicos, como también sus afectaciones y los tratamientos de conservación que se emplean en su recuperación y estabilización. IMPORTANCIA DEL CONTEXTO HISTÓRICO En la primera jornada del seminario, Almeida habló sobre la importancia del contexto histórico de los objetos culturales con el fin de evitar la pérdida de posibles datos así como el daño que ocasiona el desplazamiento de estos hacia tierra firme. "No se debe hacer un rescate y empezar a disgregar el objeto trasladándolo a un sitio al cual no pertenece, por ejemplo, no tiene sentido ni justificación llevar un cañón de la Gran Sabana al estado Mérida. El objeto debe permanecer en un sitio cercano donde se produjo su hallazgo", explicó. Según contó, los objetos arqueológicos subacuáticos extraídos que han permanecido embodegados inadecuadamente y sin tratamientos preventivos, presentan alteraciones y transformaciones físico-químicas de consideración. Asimismo subrayó que la conservación y estabilidad de los objetos arqueológicos extraídos dependen de múltiples factores, entre ellos, las características del medio donde ha sido encontrada la existencia de los recursos materiales y humanos que posibiliten enfrentar científicamente el trabajo y la aplicación del adecuado tratamiento en correspondencia con el tipo de material a tratar. AVANCES Y DIFICULTADES El especialista aseguró que en los últimos años ha habido un gran avance en el desarrollo de las técnicas de conservación y protección del patrimonio arqueológico, puesto que hay una mayor identificación y concienciación por parte de la sociedad y de los gobiernos sobre la importancia que para la humanidad este representa. Sin embargo advierte que siguen aumentado las actividades que inciden negativamente sobre este tema como la pesca de arrastre y explosiva (también llamada pesca con dinamita) , el uso indiscrimado de anclas, la perforación del petróleo, las actividades turísticas no reguladas, entre otras. ¿CÓMO AYUDAR? Para la protección del patrimonio arqueológico , Almeida sugiere lo siguiente: Dar a conocer las riquezas que en este sentido posee nuestra nación para que nadie permita que los llamados "buscadores de tesoros" saquen nuestras riquezas históricas. Tal como ocurrió con la piedra kueca o piedra de jaspe, originaria de la Gran Sabana y que hoy posee Alemania. Darle participación a las comunidades para que divulguen lo que existe en su localidad y capacitar a sus habitantes para que se conviertan en guardianes del patrimonio. Crear sitios adecuados donde se puedan exponer los objetos recuperados y se puedan realizar los trabajos de conservación, prevención y curación. De igual manera que el Estado sea consecuente con los recursos económicos necesarios para la realización de esta labor y por último promover el intercambio de información y asesoramiento a escala internacional. El seminario Conservación de objetos arqueológicos de procedencia subacuática culminará a finales de julio y es gratuito. Sus participantes tendrán acceso a varias jornadas prácticas .

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