El arqueólogo Stéphane Pennec recibe el Premio Gabarrón de Restauración 2011

La concesión del Premio Internacional Fundación Cristóbal Gabarrón de Restauración y Conservación 2011 a Stéphane Pennec supone un giro en la trayectoria de este galardón, tal como resaltó ayer el jurado a la hora de avalar su decisión al señalar que se trata de «una decisión valiente al salirse de la línea mantenida hasta ahora por el premio», tal como apuntó el presidente del jurado, Javier Leó de la Riva, alcalde de Valladolid. Este arqueólogo francés, experto en conservación y colaborador de la Unesco está especializado en la restauración de piezas de arte y arqueología en bronce, hierro, oro y plata, así como en la recuperación de hallazgos subacuáticos.

Precisamente estos aspectos, que le alejan de los anteriores premiados, más centrados en los bienes muebles e inmuebles tradicionales, y su relativa juventud con 47 años de edad en este campo de la restauración, hacen, además, del galardón a Stéphane Pennec «un estímulo para las nuevas generaciones de restauradores y la valoración de este tipo de intervenciones», subrayó el director de Restauración del Museo Thyseen-Bornemisza, Ubaldo Sedano, también miembro de jurado.

Afincado en Chile, Stéphane Pennec recibió ayer la noticia como «un gran honor y con mucha alegría». Respecto a su inhabitual campo de trabajo, reconoce que «que todavía hay mucho por hacer en esta espacialidad y mucho que investigar», a la vez que confesó que optó por esta especialización por su relación con «la química y la física» en el tratamiento de materiales metálicos, así como por el desafío que supone recuperar piezas en un ambiente tan diferente al atmosférico como el subacuático.

En 1985 lideró los trabajos de rescate de las piezas del Titanic, proyecto en el que trabajó trece años, logrando rescatar y restaurar unas 6.000 piezas, desde joyas hasta cartas de pasajeros, pasando por rojas, zapatos y otros utensilios hundidos en el océano Atlántico del transatlántico que naufragó en frente a las costas de Canadá en 1912. Sin embargo, en un momento determinado la empresa norteamericana que tenía los derechos sobre los restos del Titanic varió sus propósitos y Pennec dejó el proyecto. Además, el galardonado realiza trabajos para museos como el Louvre de París y excavaciones en países como Pakistán, El Líbano o Quatar.

Precisamente la condición de selva jurídica en el que está todo el patrimonio arqueológico subacuático y el expolio de las empresas cazaterosos es una cuestión que considera preocupante Pennec a preguntas de ABC: «Este tipo de empresas son poco recomendables porque su actuación ocasiona mucho daño al patrimonio arqueológico marítimo».
Dos obstáculos

Para el arqueólogo galo la protección de estos bienes culturales hundidos en los océanos y mares de todo el planeta tienen dos obstáculos, como son el carácter internacional de la mayoría de las aguas marinas del mundo y la diversidad de legislaciones nacionales respecto a la custodia de los bienes arqueólogicos subacuáticos. «Las aguas internacionales no cuentan con una protección para este tipo de bienes, y donde hay algún tipo de restricción la legislaciones nacionales varían unas de otras. Por todo ello es muy complicado combatir estos expolios». En su opinión, al igual que hay acuerdos transnacionales para otros bienes culturales, debería haber una acción internacional conjunta en este sentido».

Preguntado por el caso de Nuestra Señora de las Mercedes, un buque del siglo XIX hundido frente a las costas de Cádiz con 500.000 monedas de oro y expoliado por la empresa norteamericana Odyssey Marine Exploration, que el Gobierno de España denunció en los tribunales estadounidense ganando la demanda, Stéphane Pennec señala que no conoce a fondo el tema, pero considera que según la legislación actual al estar en aguas territoriales españolas ese legado es de España.