El fondo del Puerto oculta restos de 44 embarcaciones hundidas entre 1552 y 1797

Un estudio de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz confirma que bajo las aguas del puerto de la capital hay como mínimo pecios de 44 barcos que se hundieron entre 1552 y 1797, según las referencias arqueológicas submarinas existentes. Entre ellos se encuentran naves de las escuadras capitaneadas por corsarios como Antoine Alfonse Fonteneau de Saintonge, Robert Blake y Horacio Nelson. En concreto, en la zona donde hoy atraca Fred Olsen "se esconde una auténtica flota de barcos que pueden tener entre 500 y 600 años de antigüedad", asegura el arqueólogo Gabriel Escribano.

Los ataques de piratas y la defensa capitalina y los temporales han sido las principales causas por la que estos restos reposan en el litoral chicharrero. Gabriel Escribano indica inluso que también pueden encontrarse pecios de embarcaciones utilizadas en la Segunda Guerra Mundial. Nada se puede hacer para hallarlos debido a la actividad portuaria. Además, y según indica el arqueólogo, no se sabe en qué estado se pueden encontrar debido a las diferentes inundaciones que se han producido en la capital. "Probablemente el lodo y los sedimentos los hayan enterrado aún más", añade.

Gabriel Escribano y el también arqueólogo Mederos Martín intentaron en el 200 aniversario de la batalla contra Nelson encontrar el cúter Fox, un barco hundido en 1797 por las milicias tinerfeñas cuando Nelson se disponía a acceder a la costa chicharrera. "Solo contábamos con un tiempo determinado para poder localizarlo, pues no podemos parar toda la actividad portuaria por este motivo. Al final no pudimos hallar nada", dice el arqueólogo.

Protección

Aunque por el momento solo el mar que baña el puerto sabrá lo que esconde, por lo menos ahora la Ley de Protección de la Unesco obliga a que cada vez que se vaya a ejecutar una obra en los muelles el impacto de informe ambiental incluya estudios de arqueología submarina para proteger los pecios que se pudieran encontrar en la zona de los trabajos. "Hace 20 años esto no era así, por lo que muchos restos se habrán perdido", comenta Gabriel Escribano.

Precisamente, la investigación marina realizada por la empresa Promar 2007 para la futura estación marítima de cruceros en el puerto de Santa Cruz obliga a la Autoridad Portuaria a trasladar esta construcción unos 35 metros para que no afecte a una serie de pecios que se hallaron en la zona, aunque en este caso solo pertenecen a restos de una pequeña embarcación y de un grúa.

En la actualidad, esta es la única forma de averiguar qué se encuentra en el fondo del puerto, "aunque no se sabe qué pasará en los próximos años". "Los mejores hallazgos de la arqueología subacuática se han encontrado por casualidad. En Murcia la construcción de un dique provocó que aparecieran los barcos más antiguos del mundo", informa Escribano.

Quizás en un futuro puedan descubrirse otros hallazgos en el puerto de Santa Cruz, aunque los arqueólogos también reconocen que, seguramente, y por el complicado estado de conservación, donde mejor estén es bajo el agua. "Lo importante es que queden protegidos en caso de que se lleve a cabo alguna actuación en la infraestructura portuaria", agrega.

En el informe de Puertos de Santa Cruz se indica que bajo las aguas del litoral chicharrero hay restos de un barco hundido de Antoine Alfonse Fonteneau de Saintonge durante el ataque pirático en 1552; de 11 naves que se fueron a pique por el temporal de 1591; de siete barcos incendiados y hundidos de Robert Blake y más de cuatro que encallaron en la playa en 1657; de un buque varado por un temporal en 1774; de un barco hundido y cuatro varados por otro temporal en 1779; de 13 naves hundidas por el temporal y una varada en 1784 y del cúter Fox de Horacio Nelson hundido durante el ataque naval en 1797.

El arqueólogo Gabriel Escribano explica que además de que en el puerto no se puede paralizar la actividad para buscar estos restos, también hay que tener en cuenta que "en Canarias su mar y su fondo complican aún más la labores de investigación". "En seguida se alcanzan los 700 metros de profundidad y además el equipo que hay que emplear para los trabajos es muy caro. El Cabildo y el Gobierno han realizado trabajos en las Islas y nosotros hemos encontrado ánforas romanas en Tenerife, aunque estamos convencidos de que hay restos fenicios que aún no se han podido hallar. El futuro de nuestro pasado está bajo las aguas", comenta Gabriel Escribano. El arqueólogo recuerda que había un proyecto para ubicar un museo arqueológico marino o "museo del mar" en Santa Cruz, en concreto en el Castillo Negro. "No sé como habrá quedado esta idea ni si el Ayuntamiento de la capital la llevará a cabo", añade.

http://www.laopinion.es