Un vehículo submarino no tripulado de gran profundidad, el LIROPUS
2000, del Instituto Español de Oceanografía (IEO) se estrenará en su
primera misión científica examinando la topografía submarina y los
procesos dinámicos de los fondos marinos del litoral catalán.

El
novedoso vehículo, que ha costado cerca de un millón y medio de euros y
está dirigido por control remoto, ha sido presentado hoy a bordo del
buque oceanográfico "Sarmiento de Gamboa", perteneciente al Centro
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que está amarrado en el
puerto de Barcelona.

Esta investigación, que analizará los fondos
marinos del litoral catalán, especialmente las grandes profundidades de
los cañones submarinos del Cabo de Creus, Palamós y Blanes, se enmarca
en la campaña oceanográfica Promares-Oasis, que dirige el catedrático y
director del Grupo de Investigación de Geociencias Marinas de la
Universidad de Barcelona, Miquel Canals.

También participan en
esta campaña expertos del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, de
la Unidad de Tecnología Marina del CSIC y del Instituto Español de
Oceanografía, propietario del vehículo robotizado.

El robot no
tripulado y de manejo a distancia LIROPUS 2000 (nombre que hace
referencia a un crustáceo ciego que vive en las profundidades marinas),
permite explorar fondos marinos de hasta entre 2 y 3 kilómetros de
profundidad.

Según fuentes del IEO, el LIROPUS 2000 permite filmar
el fondo marino gracias a un complejo sistema de seis cámaras, entre
ellas una de alta definición y otra de baja luminosidad, y a un potente
sistema de iluminación.

Este sistema permite observar directamente
los hábitats y las comunidades biológicas en su estado natural y
apreciar su estructuración y sus características ecológicas
fundamentales, sin producir impactos ni dañar el ecosistema.

Además,
el vehículo está dotado de unos brazos hidráulicos robotizados que
sirven para tomar muestras de manera selectiva y podrá alcanzar lugares
del fondo marino hasta ahora inexplorados.

En su primera inmersión
de prueba, que se realizó hace unos meses en el litoral del Cantábrico,
el robot submarino logró catalogar hasta 40 nuevas especies en hábitats
profundos.

Dotado con seis motores, el robot submarino lleva
también instrumentos de medición y toma de muestras, y es uno de los
once aparatos no tripulados de estas características que hay en el mundo
que pueden operar a tanta profundidad.

Según el IEO, el LIROPUS
está equipado con dos equipos CTD para medir temperatura, presión y
salinidad, así como con un aparato para estudiar las corrientes a las
profundidades donde opere.


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