A unos mil kilómetros al suroeste de India se encuentran las Islas Maldivas, en mitad del Océano Índico. La transparencia de sus aguas es tal que se pueden observar con total nitidez peces y animales marinos hasta a cincuenta metros de profundidad. Además, una maravillosa formación de más de 3.000 arrecifes de coral y suaves mareas libres de los monzones hacen de este lugar un paraíso para los amantes del submarinismo.

Más de mil especies de peces y otras criaturas submarinas tienen su privilegiado hábitat en los fondos que rodean las Maldivas. El secreto, curiosamente, está en las mareas monzónicas, tan temidas en otros lugares de este océano pero que aquí tienen una función positiva, arrastrando células microscópicas y nutrientes, creando las condiciones idóneas para proporcionar el entorno perfecto para la proliferación de todo tipo de animales que llegan aquí atraídas por este alimento.

Quien se sumerge en estas aguas asiste a un espectáculo único: desde diminutas gambas y grupos de nadadores coloridos peces hasta magníficas mantas y tiburones. Lo mejor de todo es que no se necesita ser un submarinista o buceador profesional para disfrutar de los tesoros subacuáticos de las Maldivas, ya que todos los hoteles y resorts ofrecen un entrenamiento básico y el equipo necesario para realizar estas inmersiones con toda seguridad.

Acompañado de instructores de buceo experimentados, hasta el más reacio puede gozar de esta increíble sensación. Para bucear en los arrecifes, que se encuentran entre los 26 atolones de las Maldivas, es preciso tomar un barco y navegar entre 15 y 60 minutos para explorar cada día un fondo diferente y espectacular descubriendo nuevas maravillas: cuevas submarinas, bosques de coral, restos de naufragios, peces nocturnos…