El oceanógrafo francés Jean-Michel Cousteau, hijo del mítico Cousteau, es "optimista" y cree que ahora "sí se pueden cambiar las cosas", ya que por fin hay información suficiente para constatar que el deterioro medioambiental aumenta los casos de cáncer y tiroides, mientras que reduce la fertilidad.

Este explorador, educador y productor de cine, que ha dedicado su vida a explorar el reino marino, ha adelantado a los periodistas en San Sebastián el contenido de la conferencia que ofrecerá esta tarde en el Aquarium donostiarra, dentro de las Jornadas TolosaNaturaldia, subvencionadas por la Diputación Foral.
Este investigador mantiene viva la llama de su padre, fallecido el 25 de junio de 1997, y comparte con él su lucha por preservar los fondos marinos de la acción del hombre.
De hecho, desde que a los siete años fue "arrojado por la borda" por su progenitor con un recién inventado equipo de buceo sujeto a su espalda, Jean-Michel Cousteau ha buceado mares de todo el planeta y ha difundido sus conocimientos para sensibilizar al mundo.
"Tenemos el deber de cambiar las cosas", ha sentenciado Jean-Michel Cousteau, convencido de que ahora es "posible" porque somos conscientes de que los casos de "tiroides" y cáncer aumentan debido a la ingesta de pescado contaminado por sustancias químicas o metales pesados vertidos al mar.
Ha comentado que la "mayoría de las personas, sobre todo los niños, presentan toxinas en su organismo" fruto del consumo de estos alimentos con lo que "los vertidos terminan finalmente en nuestro plato".
Para paliar esta situación, Cousteau cree que "la mejor inversión" es educar a los jóvenes y hacerles "sentir, oler, ver y tocar la naturaleza" dado que ellos serán los que tomarán las decisiones del mañana.
No obstante, Cousteau se muestra "optimista", ya que también percibe una actitud diferente por parte de los gobiernos o grandes compañías petrolíferas gracias a que también manejan más información sobre las consecuencias de sus decisiones.
Lamenta no tener una "varita mágica" para cambiar las cosas, cree que no se trata de retirar residuos del mar sino de evitar su vertido y reconoce que los accidentes petrolíferos suponen auténticas "tragedias", pero Cousteau tiene confianza en su especie y cree posible "cambiar las cosas".
Este experto hace una última petición: cuando alguien beba un vaso de agua que se acuerde de los océanos y de la interrelación del ser humano con la naturaleza.