El adiós de una persona «muy trabajadora» y amante del mar
Julio Da Costa, el buzo fallecido en los Astilleros Zamakona, había nacido hace 52 años en el hospital de San Eloy de Barakaldo. Durante mucho tiempo vivió en Sestao, en Azeta, y posteriormente trasladó su residencia a Santurtzi. Allí fundó, hace una década, su negocio: Kosta Buceo, una tienda y escuela de submarinismo. El mar era su verdadera pasión. Tenía un barco, el 'glaukost', con el que ofrecía paseos por la costa. También le atraía la montaña y era socio de un club de espeleología.
Los que le conocen le definen como una persona «agradable» y «muy trabajadora». Formaba parte de la junta directiva de Comercios Unidos de Santurtzi. El gremio lloraba ayer su muerte. «Es un drama; nos solidarizamos con su familia», manifestó Montxu Martínez, uno de los portavoces de la entidad. El funeral por Julio se celebrará esta tarde, a las 18.30 horas, en la parroquia de San Pedro de Kabiezes.
NOTICIA:
Julio Da Costa Gallo, un buzo profesional de 52 años y origen portugués, falleció ayer al quedar atrapado por una hélice de un barco remolcador recién construido que limpiaba junto con un compañero, Andrés J.A., que resultó herido, en un muelle del Puerto de Santurtzi.
El accidente laboral se produjo alrededor de las once y media de la mañana. Julio y Andrés se encontraban sumergidos a unos seis metros de profundidad limpiando los fondos de un remolcador nuevo para su inmediata entrega al cliente que lo había encargado. Según los primeros indicios y a falta de conocer el resultado de la investigación que realiza la Guardia Civil, cuerpo con competencia en los puertos, ambos se encontraban en la parte trasera retirando residuos de las dos hélices con que contaba el barco. Al parecer, en ese momento, Julio estaba introducido en la tobera, mientras que el otro submarinista se encontraba en la parte exterior. Por circunstancias que investiga la Guardia Civil, el motor del buque se activó de forma accidental y atrapó a uno de los buzos.
Mientras que la fuerza del agua al moverse empujó a Andrés hacia fuera, lo que le salvó la vida, las aspas en movimiento succionaron a Julio, provocándole un traumatismo craneoencefálico y severas amputaciones, según indicaron fuentes solventes. El profesional murió de manera fulminante.
Arriba, en el barco y en tierra se encontraban otros miembros del equipo de submarinismo necesario para realizar estos trabajos. Uno de ellos, el hermano del herido, sujetaba en la proa la manguera de aireación que los buzos estaban utilizando para retirar la suciedad del barco. Al empezar a girar, la hélice arrastró también la manga y causó quemaduras en las manos al hombre que la sostenía.
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