El Don Pedro, de desastre ecológico a fuente de vida

[jaribas]

Cuando la naturaleza se defiende, hasta puede obrar un milagro. Una suerte de oxímoron medioambiental capaz de hacer armónico el caos. Hace cuatro años, el Mediterráneo lloraba lágrimas de petróleo cuando el buque mercante Don Pedro se hundió en la costa de Ibiza. Bajó hasta los 45 metros de profundidad y derramó 150 toneladas de combustible. Pasó el 11 de julio de 2007 para caer luego en el olvido. Hoy ese barco es "fuente de vida marina".

Lo dicen los expertos, los que conocen las profundidades mediterráneas y descubren los pecios (barcos hundidos) de nuestro mar balear. "Hay mucha ingnorancia en torno a esto. Muchos están en contra porque no saben que acaban siendo un oasis para los peces, arrecifes artificiales", asegura María March, alma máter de la fundación Mar Balear, creada en 2006 para la preservación y defensa de la flora y la fauna del fondo marino.

El Don Pedro, el barco hundido más grande de Europa, está abierto para el buceo recreativo desde hace tres años. De esta forma, el casco de 140 metros de longitud del buque que permanece a una profundidad de entre 25 y 43 metros de la superficie es accesible para los submarinistas.

Después de tres años, el ferry ya ha sido colonizado por muchas de las plantas y animales del fondo autóctono y está recubierto por vegetación. Sin embargo, el acceso está restringido a los centros de buceo certificados de Ibiza y se requieren una certificación mínima a los buceadores que se animen a visitarlo.

Uno de los centros de buceo que también se dedica a visitar los pecios de Baleares es la nueva escuela Mar Balear, recién abierta en Port Adriano. El centro, regentado por María March y Javier Espinasa se dedica a instruir de forma exclusiva. "No llevamos a la gente en el barco como rebaños de cabras. Podemos montar los cursos incluso a la carta, ir al barco del cliente si se quiere", cuenta Espinasa mientras explica la importancia de apostar por este tipo de turismo de calidad, el de los buceadores, con el que también contamos en las Islas.

"En Baleares no te vas a encontrar pececitos de colores, aquí tenemos un paisaje marino más austero pero igual de interesante. Puedes ir buceando y de repente encontrarte con los restos de un barco fenicio", explica March, quien sostiene la importancia de estar bien informado de dónde se puede ir y dónde no. En los pecios antiguos, que lo sepa el lector, está prohibido bucear. Hay que prevenir contra los 'piratas' submarinos.

La mercancías que conservan los barcos hundidos, a pesar de que muchos lleven largo tiempo bajo el mar, se conservan en óptimo estado gracias a la sal del agua. Son tesoros de fácil saqueo, a pesar de las medidas tomadas para preservarlos.

El hallazgo más antiguo en aguas baleares es un pecio griego, hundido, según los investigadores, en el año 2.500 antes de Cristo. La mayoría de estos barcos se encuentra en Mallorca y casi todos naufragaron por accidentes marítimos.

La larga espera de la fragata Baleares

March y Espinasa están a favor de hundir la fragata Baleares. Desde hace casi un lustro el jubilado buque militar está parado a la espera de que el Gobierno decida si lo hunden o no. El Ayuntamiento de Calvià, municipio en cuyas aguas naufragaría el barco, está a favor de crear un arrecife artificial que atraiga el turismo de buceo a 400 metros al este de las Islas Malgrats, en Santa Ponsa.

Pero el Ministerio de Medio Ambiente ha puesto el freno. En 2007 denegaron el hundimiento alegando que causaría daños al ecosistema marino. De la misma opinión son en Greenpeace, donde aseguran que es una barbaridad medioambiental depositar "4.000 toneladas de chatarra junto a la reserva marina".

El grupo ecologista considera "irracional" el proyecto desde el punto de vista ambiental, ya que "la actuación habría supuesto una evidente artificialización de la zona afectada directamente por el hundimiento y su entorno cercano". La calidad del paisaje submarino se habría visto "severamente afectada por este elemento artificial de grandes dimensiones".

Sin embargo, el consistorio calvianer considera, al igual que March y Espinasa desde la Fundación y la Escuela de Buceo Mar Balear, que con el hundimiento se provocaría un arrecife que "aumentaría la vida marina en la zona, protegería las praderas de posidonia oceánica y disminuiría la presión sobre los arrecifes naturales próximos de las Malgrats y de El Toro". Además, insisten en que "atraería un turismo de calidad y de alto poder adquisitivo".

Mientras la Fragata Baleares espera a ser hundida o desguazada, el Don Pedro demuestra desde el fondo de Ibiza, recubierto de vida, que la naturaleza es sabia hasta en sus propias contradicciones.