El efecto de la reserva marina también favorece al sector pesquero y eleva las capturas de la región

La langosta roja ("palinurus elephas") se erige como una de las especies más representativas de la reserva marina de Les Illes Columbretes, un espacio que fue protegido en 1991 y que desde entonces ha propiciado un entorno privilegiado para la conservación y el estudio de la anhelada especie.
De hecho, los estudios científicos han demostrado que, dentro de las 5.500 hectáreas de la reserva, la densidad de la población de langosta y la producción de huevos es hasta 20 veces superior que en las zonas del entorno no protegidas.
Este fue uno de los datos que aportó ayer la doctora del Instituto Español de Oceanografía Raquel Goñi durante el ciclo de conferencias del XX Aniversario de la Reserva Marina de Columbretes en el Edificio Hucha de la Fundació Caixa Castelló-Bancaixa.
El crecimiento de la población de langosta es uno de los mejores ejemplos de llamado "efecto reserva", el cual ha logrado multiplicar la población y la longevidad de los ejemplares que habitan en las 5.500 hectáreas de fondos rocosos y coralígenos del archipiélago volcánico. Además, la expansión de la población de langosta en los bordes exteriores de la reserva aporta a los pescadores castellonenses alrededor de un 11% de la captura anual. No en vano, en palabras de Goñi, "se ha podido determinar la evolución del potencial reproductivo de langosta por unidad de área en la reserva y en las zonas explotadas, y estimado un aumento de seis veces en la producción regional de huevos de langosta atribuible a la existencia de un reservorio de reproductores de gran talla".

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