Ambrosio García denuncia que las prácticas ilegales en la costa santacrucera son frecuentes entre los aficionados

El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de San Andrés, Ambrosio García, aseguró que "hace falta más vigilancia" por parte de las autoridades en las aguas cercanas a la costa santacrucera "para evitar el furtivismo". Durante este fin de semana, efectivos del Seprona sancionaron en la dársena pesquera a una embarcación cuyos tripulantes habían capturado más de 65 kilos de pescado, una cantidad muy superior a la permitida para los pescadores de recreo.

La Guardia Civil también encontró dentro de la embarcación doce fusiles de pesca submarina que fueron decomisados junto con los dos meros y dos medregales apresados por estos hombres.

García calificó este hecho como algo "habitual" entre los aficionados de la pesca, una modalidad que "no es profesional y con la que no pueden lucrarse ni vender el pescado que capturan". En su opinión, "la Guardia Civil no tiene efectivos suficientes como para estar pendiente de todo lo que ocurre, pero son muchas las reclamaciones y advertencias que los profesionales de este sector hemos denunciado ante este problema".

Por su parte, Juan Carlos Carballo, presidente de la Asociación Canaria de Pesca Recreativa Responsable (Acaper), calificó estos casos como "hechos aislados". Como amantes de la pesca que son los miembros de su colectivo aseveró que están "totalmente en contra de este tipo de acciones".

Aunque ciertos compañeros que practican alguna de las modalidades recreativas, ya sea de orilla, de barco, deportiva o submarina, "no respeten" ni los tamaños de las piezas capturadas ni las zonas acotadas (en el caso de la pesca submarina) no son situaciones "que tengan el beneplácito de la Asociación", remarcó Carballo.

En este sentido, Ambrosio García apostó porque tanto los consumidores como los vendedores de pescado "sean también responsables con las dimensiones de los ejemplares". Cada especie tiene su tamaño o peso mínimo a partir de los cuales sí puede ser capturada. Esas medidas son aplicables tanto a la pesca profesional como a la recreativa. En este último caso, solo pueden pescar cinco kilos, una cantidad que no pueden sobrepasar y que siempre ha de destinarse para consumo propio, sin que se pueda vender ni un solo gramo.

Sin embargo, según valoró el patrón mayor de la Cofradía de San Andrés, los consumidores "no tienen ningún tipo de conciencia en este sentido y prefieren pagar menos por lo que compran, aunque con ello cometan una ilegalidad". Cuando atraca la embarcación de alguno de los profesionales de este sector, toda la mercancía pasa un filtro en el que se mide y pesa el pescado con el fin de evitar que "entre en el mercado algún ejemplar cuyas dimensiones no estén permitidas", explicó García.

La forma de pesca también es diferente según sea de una modalidad u otra. De hecho, los pescadores no profesionales solo pueden llevar tres anzuelos por caña y nunca pueden emplear "cartuchos para aturdir al pez o redes para capturarlos, algo que en estos momentos sucede muy a menudo sin que las autoridades hagan algo por evitarlo", matizó.

"El furtivismo es el principal problema de la profesión. Ya es difícil vivir de esto pero con estas actitudes cada vez es incluso peor gracias a la poca colaboración que prestan el resto de pescadores", concluyó Ambrosio García.

Fuente: http://www.laopinion.es/