El vehículo submarino "Liropus 2000" ayudará a los científicos a reunir "argumentos" para proteger la montaña marítima situada en la costa gallega

Esta mañana, en la Fundación Cetmar, el investigador del Instituto Oceanográfico de Santander, Alberto Serrano, explicará, dentro de unas jornadas organizadas por la Consellería do Mar, algunos de los descubrimientos realizados por los científicos del proyecto Indemares en el Banco de Galicia, una zona que se sitúa a 200 kilómetros de la costa gallega, a la altura de Fisterra, en la que se han hallado tiburones de profundidad, esponjas y corales de aguas frías, razones suficientes para su declaración como área protegida bajo alguna de las figuras jurídicas que existen, aunque la última palabra la tendrá el Ministerio de Medio Ambiente.
No obstante, si hasta ahora los "argumentos", como él los califica, reunidos son ya bastantes, nunca está de más contar con una "ayuda" extra, afirma, y de eso se encargará el vehículo submarino no tripulado "Liropus", que puede llegar a dos mil metros de profundidad y que permitirá que los especialistas no tengan que conformarse con lo que consigue arrastrar, "mezclado y lleno de sedimentos", el trineo que suelen usar.
El "Liropus" permite ver en tiempo real qué está ocurriendo allí abajo y, mediante dos pinzas, una más precisa y otra con más potencia, recoger hasta veinte kilogramos de muestras. Es decir, el "Liropus" será como las manos y los ojos de los especialistas en biología marina y les servirá para penetrar en un mundo del que, como afirma Serrano, "sabemos menos" que del planeta Marte.
Para Serrano, las ventajas de utilizar el aparato en el Banco de Galicia –aunque para esta exploración concreta habrá que esperar al año próximo– van más allá. Las técnicas utilizadas hasta ahora por los científicos tenían que limitarse a superficies horizontales, donde las dragas que suelen utilizar tiene capacidad de arrastre. Pero los ecosistemas más interesantes, como los formados por esponjas y corales, prefieren ubicarse en zonas verticales.
Será en la exploración de estas "paredes" del Banco de Galicia, una montaña submarina –con áreas profundas, en pendiente y verticales–, donde pueda sacársele al robot un mayor rendimiento. "Nos permitirá un trabajo más fino", sintetiza Serrano, ya que, además, facilita el conocimiento no solo de los seres que habitan en el fondo, sino de cómo están "colocados", una posibilidad descartada con la técnica de arrastre.
De hecho, los investigadores del Oceanográfico, entre los que también se encuentran científicos gallegos, están negociando con el Aquarium Finisterrae la posible exhibición de las especies que se extraigan de estas incursiones, ya que el submarino permite subir a la superficie seres vivos.
Se acabó el asomarse, como describe Serrano, a "pequeñitas ventanas". Otro mundo está ahí fuera y "Liropus" ayudará a desvelarlo.

Fuente: http://www.farodevigo.es