El descubrimiento de un botón marcado con el número 79, que perteneció a un uniforme francés, permitió identificar a un pecio localizado en la Bahía de Cádiz, como el barco de guerra "Fougueux" (Fogoso) que participó en la histórica batalla de Trafalgar, en 1805.

Este hecho, me permitió recordar la identificación del pecio "Nuestra Señora de los Milagros", más conocido en la historia de la arqueología submarina mexicana como "El Matancero", que naufragó durante una tormenta la noche del 22 de febrero de 1741 frente a la costa de Akumal en Quintana Roo al mando del capitán Cristóbal de Montaño y propiedad del Marques de Casa Madrid, cuya identificación se logró gracias al hallazgo de un papel de envoltorio de una agujas de cocer fabricadas en Bélgica y que, gracias a una nota de consignación conservada por más de dos siglos por el importador, permitió establecer su verdadero nombre.

Más, volviendo al descubrimiento del "Fougueux", cuya historia se inicia en 1999, cuando el buzo deportiva español Juan Domingo Mayo, reporta al Centro de Arqueología Subacuática (CAS), dependiente de la Conserjería de Cultura de Andalucía, el hallazgo de una decena de cañones sumergidos frente a la playa de Camposoto en San Fernando (Cádiz).

El conjunto de cañones, sumergidos a una profundidad de -9 metros (- 30 pies), era claramente visible y se encontraban colocados sobre una laja

De inmediato la Dirección del CAS comisionó a la arqueóloga submarina Nuria Rodríguez la investigación, en la que rápidamente se encontrón, entre otras cosas, zapatos, hebillas, restos de armas blancas y de fuego, partes del forro del barco, balas de cañón, pistola y mosquete, clavos, monedas de oro y plata, una bacinilla, restos de leña cercanos a lo que se supone era el horno para hacer el pan, huesos de vaca y gallinas, mismas que viajaban vivas y la prueba contundente que condujo a la identificación del pecio, tras casi once años de investigaciones y sondeos, un conjunto numeroso de botones de uniformes militares marcados con el número 79.

Aún cuando se contaba con pruebas, más o menos veraces que permitían establecer la nacionalidad del pecio como pertenecientes a un navío de nacionalidad francesa, la arqueóloga Rodríguez no las consideró como determinantes, ya que, aunque el diseño correspondía a un barco de guerra francés de principios del siglo XIX, y aunque al proyecto de investigación se le denominó con el nombre de "Proyecto Trafalgar", este bien podía ser de bandera española o inglesa.

El forro del casco del barco, elaborado con láminas de cobre, aunque merecía considerarse como de origen francés, este recubrimiento era común en todos los barcos de la época y no existía huella alguna que determinara el lugar de origen de su fundición y manufactura, ya que en esa época tuvo efecto un intenso comercio e intercambio de este tipo de material.

Con la artillería y el armamento, ocurría lo mismo y aunque se recuperaron 31 de los 72 cañones que - según investigaciones posteriores - debía de tener el barco, y aunque se demostró que procedían de una fundición francesa, tampoco este hecho permitía una clara identificación.

Al realizarse el hallazgo de las monedas de oro y plata, con la efigie de Luis XVI, tampoco estas establecían un origen preciso, ya que bien pudieron ser robadas u obtenidas a través de alguna operación mercantil o negocio. Simplemente - según el decir de la arqueóloga Rodríguez - establecían una cronología, más no una prueba científica que permitiera la identificación del pecio.

Durante uno de los buceos, casi diez años más tarde de que se inició el estudio de este naufragio, apareció la prueba contundente: los botones marcados con el número 79, ya que en los estudios de investigación documental en tierra se tenía el indicio de que el "Fougueux" se había hundido en esa área. Estos documentos indican que el barco de guerra francés "Fougueaux" partió en agosto de 1805 del puerto de El Ferrol llevando a bordo cerca de medio millar de soldados el Regimiento 79. Al llegar a Cádiz se reportó al Alto Mando, colocándose en la primera línea de ataque contra la flota inglesa que comandaba el Almirante Horacio Nelson, cuyas naves cañonearon inmisericordemente a los navíos españoles y franceses, siendo uno de los más averiados el "Fougueax" cuyo capitán viendo el tremendo daño causado por las balas inglesas, optó por la retirada. Más lo que no logró la artillería inglesa, lo consiguió un fuerte temporal que se desató hundiendo a la mayoría de las 33 naces que constituían la flota combinada de las fuerzas franco españolas.

El "Fougueaux", aunque era remolcado por otro navío, que, ante la fuerza del temporal tuvo que cortar amarras, se hundió con sus 500 soldados a bordo, logrando sobrevivir apenas 21 miembros del otrora orgulloso Regimiento 79. Los sobrevivientes llegaron como pudieron hasta la playa, donde fueron rescatados y alojados en el Ventorrillo "El Chato", donde se les proporcionó alojamiento y alimento hasta su total recuperación y retorno a su país de origen, pero no sin antes dejar el relato de su desafortunada suerte que sobrevivió por más de dos centurias, hasta la recuperación y certeza de que el descubrimiento del pecio correspondía con toda certeza al buque de guerra francés "Fougueux".

Aún cuando los documentos de la época consignan que parte de los efectivos del Regimiento 79 embarcaron también en los navíos de guerra franceses "Redoutable" y "Argonaute", estas embarcaciones se reportaron como hundidas en alta mar, por lo que el botón mencionado marcado con el número 79, fue el que dio la clave para la identificación del navío.

Más la identidad del "Fougueux" no cierra los trabajos de investigación, ya que, por lo contrario, ahora que se conoce la nacionalidad del navío, el gobierno español esta en el derecho de decidir si notifica a Francia su hallazgo, ya que la Convención de la UNESCO sobre el patrimonio cultural sumergido, lo recomienda, aunque no lo marca como una obligación.

Así que habrá que esperar cual es la decisión del gobierno español, para conocer un poco más acerca de las investigaciones submarinas que se realizan en torno al descubrimiento del "Fougueux" realizadas por el buzo gaditano Juan Domingo Mayo a más de una década después de su hallazgo.

Y en Cádiz, precisamente en la Bahía de Vigo, quedan aún por descubrirse los restos de una fabulosa flota cargada de tesoros y en los que han realizado infructuosas investigaciones personajes de tanto renombre en el ámbito de los descubrimientos de naufragios submarinos como Robert Stenuit, Jacques Cousteau, Owen Lee, Robert Marx y otros de menor valía.