La expedición del Cornide Saavedra concluyó el lunes tras recoger más de 150 puntos de muestreos


Un mes de intenso trabajo da para mucha recompensa. En el caso de los miembros de la expedición del Cornide Saavedra en el Golfo de Cádiz el motín ha sido sustancioso. Casi 150 puntos de muestreo que podrán multiplicarse durante el periodo de análisis de los mismos. Este mismo lunes concluyó el viaje de 20 científicos y técnicos del Instituto Español de Oceonografía (IEO) y la Universidad de Málaga que, embarcados en el buque Cornide de Saavedra, han realizado el estudio de un hábitat particular que alberga el Golfo de Cádiz. Se trata del 1180, un hábitat especial creado por las emanaciones de gas metano. El objetivo de la expedición consistía en determinar el interés de este espacio para obligar a su protección. Misión cumplida.
El coordinador del equipo multidisciplinar que se enroló en el buque el pasado 10 de febrero, el investigador Luis Miguel Fernández Salas, pisó el lunes tierra firme con buenas noticias. «Hemos comprobado la existencia de diferentes ecosistemas en diferentes montes. Algunos de los volcanes estudiados contienen fauna asociada a las emisiones de gases», explicó. «Por lo tanto -continuó- esta zona es digna de proteger».
La campaña oceanográfica forma parte de las actividades científicas programadas en el Proyecto Indemares/Chimeneas de Cádiz. Los expertos volverán a lanzarse al mar antes de que finalice el año para buscar nuevas muestras. También para volver a poner a prueba un novedoso instrumento que esta vez ha fallado. Se trata de la cámara fotográfica submarina digital, diseñada para operar a grandes profundidades. Aunque la cámara haya errado, los miembros de la expedición se han mostrado muy contentos con el desarrollo de la misma. Solo han tenido que parar dos días por mor de las lluvias y los resultados de captación de muestras y corroboración de tesis han resultado más que satisfactorias. «Hemos encontrado chimeneas en el Monte Hespérides y hay que recordar que fauna en sustrato duro de estas chimeneas solo se encuentra en este Golfo», sostiene Fernández Salas.
Además, aunque aún por determinar, el equipo de esta expedición va a citar por primera vez a especies presentes en el Golfo de Cádiz. «Están referenciadas en otras partes del mundo, pero hasta ahora no se habían citado en esta zona», matiza el científico. Ahora, y mientras llega la fecha de la nueva partida, este equipo estará encargado de la configuración del mapa y distribución de las especies, ya sean autóctonas o no, presentes en este rico y original rincón del Atlántico.

Fuente: http://www.lavozdigital.es