El equipo del director David Aguirre ha rodado el interior de la Cueva del Agua de Sorbas, inaccesible para el común de los mortales

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El sistema subterráneo más grande de España y el segundo del mundo explorado en yeso, la Cueva del Agua de Sorbas, se ha servido de la estrechez de sus cavidades y de su río bajo tierra para esconder durante millones de años su impresionante belleza. Sólo ha podido ser admirada por espeleólogos con dominio también de la técnica del buceo, pero esta otra vida subterránea estará ahora al alcance de todos. Un equipo de rodaje ha logrado adentrar sus cámaras por sus 8.500 metros de difícil recorrido, explorando para los futuros espectadores sus secretos en un documental grabado, además, en alta definición.

El documental La Cueva del Agua. Un reto colectivo ha sido para su director, David Aguirre, una auténtica aventura en la que a las complicaciones propias de cualquier rodaje se les ha sumado las dificultades de las condiciones de la Cueva, pero este joven madrileño quedó cautivado por esta red de galerías que exploró por primera vez hace tres años. "Es una impresión muy fuerte, es entrar a un mundo restringido, a un medio totalmente distinto con paredes de cristal".

Esa "sensación de emoción" es la que Aguirre ha querido acercar al común de los mortales con 52 minutos de HD, en los que cuenta la historia de la Cueva, desde que fuera descubierta en 1974 hasta las últimas incursiones espeleológicas. Es, explica Aguirre, un homenaje a todos los que han contribuido a la exploración de este paisaje karkástico, "la historia de todas las personas que han participado en su descubrimiento, un esfuerzo colectivo que ha hecho posible que la Cueva del Agua sea ahora una de las más importantes del mundo".

Conforme Aguirre años atrás fue conociendo los entresijos de la Cueva y los espeleólogos iban contándole sus anécdotas, se contagió de este entusiasmo. "Vi que había una cadena de hechos que me apetecía contar", comenzando por esos primeros cuatro descubridores. Dos adultos y dos niños, de ocho y diez años. Fueron a Sorbas después de que les comentaran que "allí había algo que parecía una cueva". José Benavente Hernández y Andrés Rueda Casinello, junto a Andrés y Francisco José Rueda de la Puerta llegaron "casi por pura casualidad". Encontraron una entrada y comenzaron a avanzar y a avanzar, y siguieron avanzando hasta que el agua les impidió continuar.

Uno de los momentos más emotivos que Aguirre recuerda del rodaje es precisamente el reencuentro de tres de estos primeros exploradores de la Cueva del Agua. "Lo que más me ha gustado de todo es que el rodaje haya servido de excusa para que vuelvan a verse y recordar esa ilusión. Fue un reencuento muy especial con momentos muy cálidos", comenta el director.

Forma parte de la recompensa a un largo trabajo, que arrancó hace un año haciendo frente a dificultades para sacar adelante el proyecto de la productora Segundo Plano. El primer inconveniente a sortear fue encontrar financiación para los 18.000 euros que ha costado el documental, una cifra ya reducida gracias a la colaboración de "muchos amigos". El proyecto ha sido subvencionado por la Diputación Provincial, una ayuda de 6.500 euros, que "nos dio el empujón para empezar". El resto lo han aportado los cuatro productores, Latitud Media (soporte técnico), Emilio Zaragoza, Antonio Fuentes y David Aguirre.

La siguiente complicación iba aparejada a las característica de la Cueva. Aguirre necesitaba para hacer realidad su proyecto cámaras que dominaran también el espeleobuceo. El equipo, compuesto por diez personas, se ha enfrentado a un rodaje muy complejo, teniendo que descender por espacios tan estrechos que no permiten ese par de kilos de más y por zonas de agua, transportando, además, el material. "Tuvimos que esperar a que llegara la primavera, pues en época de lluvias el agua entra en carga en la galería. El primer día ya nos encontramos muchas dificultades y hubo que reelaborar el plan de trabajo. Nos dimos cuenta que no nos daba tiempo a grabar ni la mitad de lo previsto". Fueron problemas, sobre todo, de iluminación y transporte. "Faltaba luz y tuvimos que simplificar la carga para poder avanzar por el agua y las galerías tan estrechas".

Sin embargo, contrapronóstico y con todo el equipo asegurado, el rodaje no se ha visto empañado por accidente alguno, con un resultado que promete gratificar a todo aquel que sienta curiosidad por conocer la riqueza que oculta la aparente aridez de Sorbas.

Fuente: http://www.elalmeria.es