El descubridor de dos cañones de bronce pide que la Xunta intervenga
«El año pasado ya me vinieron noticias de que alguien había encontrado una moneda en la zona, así que ya hay gente que ha encontrado algo allí», dice Pedro Novalbos, la persona que hace 24 años encontró cerca de Cabo Silleiro los dos únicos cañones de bronce localizados en aguas gallegas. Novalbos reclama la intervención urgente de las autoridades responsables del patrimonio histórico para salvaguardar un yacimiento que él considera de gran importancia debido a su experiencia como buceador en la costa del Concello de Oia.
La amenaza de expolio no es nueva. En verano de 1987, la Consellería de Cultura e Benestar Social comisionó a los arqueólogos Javier Luaces y Cristina Toscano para realizar el rescate del cañón localizado un año antes por Novalbos. Según testigos de aquella operación, la culebrina ya tenía precio en el mercado negro. Durante aquella campaña, Pedro Novalbos descubrió el segundo de los cañones. «Estaban a ocho metros de profundidad», indica este vigués de 71 años.
Para el Museo do Mar
A pesar de la gran importancia que tienen estas dos piezas y sus respectivos cargadores, también encontrados por Pedro Novalbos, actualmente se encuentran almacenadas en el Museo Provincial de Pontevedra, sin posibilidad de ser expuestos al público. «Los cañones deberían estar en el Museo do Mar de Vigo, pero para ello deberían ser reclamados por la Xunta al museo de Pontevedra y después enviados al edificio de Alcabre», añade el ex submarinista.
Las culebrinas están datadas entre el siglo XV y XVI, pesan 150 kilogramos, miden 1,5 metros y eran empleados para el abordaje. «Cañones de hierro y munición hay muchísimos en toda esa costa, pero estos son únicos en toda Galicia», apunta.