La creciente degradación de los océanos y los dramáticos efectos que ésta representa para la vida humana exigen la creación de una red global de control oceánico, aseguró hoy un grupo de científicos de 21 países.

"Nuestros océanos están infectados por el ser humano", dijo a Efe Tony Haymet, director del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.), al explicar la necesidad de crear el Sistema de Observación Global Oceánico (SOGO).

Haymet dijo que la Asociación para la Observación de los Océanos (POGO por sus siglas en inglés), formada por 38 de las principales instituciones oceanográficas del mundo existentes en 21 países, demandará la creación de SOGO durante una reunión internacional que se celebrará del 3 al 5 de noviembre en Pekín (China).

En la capital china, representantes de 71 países que integran el Grupo de Observaciones de la Tierra discutirán la creación del llamado Sistema Global de Observación de la Tierra, que conectará los ya existentes e implementará otros en materias sobre las que falta información.

El objetivo es completar para el 2015 el SOGO, que sería parte del Sistema Global de Observación de la Tierra, con una inversión de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares y unos costes anuales de 5.000 millones de dólares.

"La concentración en la atmósfera de dióxido de carbono ha aumentado un 39% en los últimos 150 años. Lo que significa que por cada 3 moléculas de CO2 que la naturaleza ha puesto nosotros hemos añadido una" dijo Haymet.

"Menos conocido es que la concentración de CO2 en los océanos ha aumentado un 30% y eso tiene un efecto tanto en la concentración de carbono como en la acidez de las aguas. En los últimos 150 años hemos cambiado profundamente la química de los océanos, un vasto sistema que cubre el 71% de la Tierra", indicó.

"Y estamos muy preocupados que esos cambios químicos, al final y quizás muy pronto, causarán profundos cambios en todos los seres vivos del océano" añadió el experto.

Los científicos señalan que el nivel medio del pH de los océanos ha caído a 8,1 unidades, el mayor nivel de acidez de las aguas en los pasados 20 millones de años.

El británico Peter Burkill explicó que la acidificación de los océanos "podría tener un efecto devastador sobre la calcificación de los organismos y quizás la totalidad del ecosistema marino".

Haymat y su colega Tony Knap, director del Instituto de Bermuda para la Ciencias Oceánicas, explicaron que para ayudar a comprender esos cambios es necesaria "la urgente creación de Sistema de Observación Global Oceánico. Hay muchas cosas que no conocemos".

El presidente de POGO, el doctor Kiyoshi Suyehiro, dijo a través de un comunicado que "aunque los Gobiernos de EE.UU. y Europa han expresado recientemente apoyo, se necesita de forma desesperada la cooperación para completar un sistema global de observación oceánica".

Haymet y Knap señalaron a Efe que parte de lo que será el futuro SOGO ya está en funcionamiento pues se están observando los cambios en la acidez en la Gran Barrera de Coral y cambios físicos a través de ARGO, una red de unos 3.000 robots que flotan a la deriva recogiendo datos como presión, salinidad y temperatura de las aguas y cambios biológicos.

Pero los científicos explicaron que estos componentes "son sólo una fracción de lo que se necesita para tener una perspectiva global y precisa de los fenómenos que suceden en los océanos".

Los beneficios de la creación de esta red serían la mejora de las previsiones meteorológicas que mitigaría el daño causado por sequías, inundaciones o huracanes, identificación temprana de plagas, detección de cambios en la distribución de la vida marina y reducción de la pérdida de biodiversidad marina.