Cuatro cables diplomáticos confidenciales enviados por la embajada estadounidense en Tokio, y filtrados por Wikileaks, desvelan que Japón y Estados Unidos llegaron a un pacto secreto, a pocos días de una reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) el año pasado, por el que el país nipón se comprometía reducir su cuota ballenera en las aguas de la Antártida a cambio de que Washington endureciera la legislación contra activistas contrarios a la caza de ballenas como los del barcoSea Shepherd.

Los cables muestran a las claras que la actividad de la Sea Shepherd Conservation Society ha logrado impedir que Japón alcance su cuota ballenera durante varios años, lo cual es un descrédito político para el país asiático. Sus barcos operan varios meses al año en alta mar siguiendo y entorpeciendo de forma directa, física, el trabajo de balleneros, cazadores de focas y pescadores ilegales.

A continuación lean ustedes mismos algunos fragmentos de los citados cables, la mayoría de ellos enviados tras un encuentro con Shuji Yamada, vice-ministro japonés de asuntos internacionales:

Yamada preguntó pidió una investigación sobre la situación fiscal de la ONG con base en Estados Unidos Sea Shepherd Conservation Society y reiteró la solicitud de Japón hacia los EE.UU. de tomar medidas contra la organización, que dijo que creó una situación muy peligrosa en el mar. Sería más fácil para Japón avanzar en las negociaciones de la CBI si los EE.UU. toman medidas contra el Sea Shepherd. Las protestas violentas de la Sea Shepherd Conservation Society (SSCS) podrían limitar la flexibilidad del gobierno de Japón en las negociaciones. (Traducción libre)

¿Cómo reaccionaron los Estados Unidos a estas sugerencias? Por lo que se desprende de los cables hechos públicos por Wikileaks, la negociadora estadounidense Monica Medina lo tiene claro:

Puede demostrare que el grupo Sea Shepherd no merece el estado de exención fiscal sobre la base de sus acciones agresivas y perjudiciales. (Traducción libre)