El Gobierno de Honduras prohibe el buceo artesanal
El Gobierno de Honduras anunció la prohibición de la pesca de langosta por buceo en el departamento de Gracias a Dios, dado que esta actividad de buceo artesanal produce numerosos accidentes. Esta medida del gobierno puede dejar sin trabajo a muchas familias que viven de la pesca por buceo y eliminar la principal fuente de ingresos en la región de Gracias a Dios, obligando a los más necesitados a bucear como furtivos.
Según reconocen los empresarios del sector sería necesario regular la actividad para evitar más accidentes pero para garantizar la seguridad de los buzos el gobierno tiene también que ayudar con recursos de capacitación y los mercados ofrecer un precio justo por el producto, que en la actualidad se paga a bajo precio en la zona.
Esta temporada actuan en la Mosquitia unos 55 barcos langosteros que ya han dejado un rastro conocido de seis afectados por Enfermedad Descompresiva y dos muertos. Uno del sector de Río Plátano y otro de Patuca. En la actualidad se conocen 1.700 casos de buceadores gravemente afectados por Enfermedad Descompresiva. Estos buzos afectados ya no pueden acceder a un trabajo y las familias quedan desatendidas, sin ingresos, quedando en condiciones de extrema pobreza.
La utilización de niños en los trabajos de cayuqueros y buceo es otro problema en la región, pues en numerosas ocasiones los sacabuzos contratan a menores a partir de 10 años de edad. En ocasiones la penosa situación económica de la familia obliga a estos niños a embarcarse en la pesca de langosta.
Los niños son buenos trabajadores en el agua pues su noción del riesgo es menor que en los buzos adultos y suelen aportar buenas capturas al descender a mayores profundidades. No existen estudios sobre las consecuencias del buceo en los menores, pero los expertos en buceo creen que las secuelas a largo plazo son seguras y se presentarán en estos trabajadores en diferentes formas, como lesiones óseas y neuronales que se relacionan estadísticamente con problemas psiquiátricos, entre otros.
La cámara de descompresión que funciona con relativa normalidad en la zona está situada en Roatán y la cámara de Puerto Lempira tiene numerosos problemas de funcionamiento.
Los buzos solicitan a los empleadores que faciliten los equipos de inmersión en buenas condiciones, ya que en la actualidad este material de buceo está incompleto y deficiente. Necesitan compresores y tanques (botellas) nuevos, reguladores y aparatos de control revisados y completos según las normas internacionales.
El sistema de pesca utilizado en la actualidad es obsoleto y peligroso. Los barcos van soltando los cayucos con dos personas (buzo y barquero) y son recogidos al final de la jornada que puede durar muchas horas.
Un nuevo sistema de pesca responsable tiene que respetar las normas internacionales en materia de seguridad en el buceo, contemplando entre otras medidas la pareja de buceadores en el agua y el acceso permanente al barco equipado con los sistemas de emergencia y evacuación necesarios en la práctica del buceo. La capacitación de los buzos tiene que ser una realidad certificada. Si estas medidas no se adoptan en corto plazo es seguro que la solución a los problemas de la pesca por buceo se resuelvan con la prohibición total y la suspensión de la actividad en todas sus formas, como ya ha ocurrido en otros lugares.
La Asociación Misquita Hondureña de Buzos, Amhbli, está dedicada a la seguridad de los pobladores de La Mosquitia. La Asociación Misquita Hondureña fue creada el 13 de septiembre de 1999 por 32 buzos discapacitados, vecinos de Río Plátano y otras comunidades misquitas. En enero de 2003 se reformaron los estatutos para lograr que Ahmbli fuera más representativa y tuviera presencia en todos los municipios de La Mosquitia. Los antecedentes de Ahmbli se encuentran en las condiciones de abandono, explotación y pobreza que enfrentan los buzos misquitos accidentados en la faena de captura de langosta. Los accidentes por descompresión han llevado a muchos buzos a la muerte y la gran mayoría se debate entre la discapacidad parcial o total, a lo que se suma la desintegración de sus familias y la carencia casi absoluta de acceso a oportunidades de trabajo
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