Juan Bartolomé, de 34 años y natural de Villajoyosa, recibió el flechazo cuando un compañero le entregaba el fusil desde un barco

Todas las muertes causan dolor entre familiares y amigos, pero mucho más si se trata de «una joven y bellísima persona», como describen a Juan Bartolomé los compañeros que trabajaron con él, hasta que un desgraciado accidente se llevó su vida y sus ilusiones por delante. Por ejemplo, la de ver crecer a su hija.

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El muchacho, de 34 años, falleció tras clavarse un arpón en el pecho cuando, como cada día, trabajaba en el polígono acuícola de la compañía Piscialba, a cuatro millas del puerto de San Pedro del Pinatar, en el Mar Mediterráneo. El accidente se produjo alrededor de las nueve de la mañana. Junto con otro trabajador, se encontraba supervisando las granjas de doradas y lubinas. En un momento, según contaron fuentes policiales, Juan Bartolomé requirió desde el agua un fusil a su compañero, que se encontraba en una embarcación. Cuando realizaba la entrega, al parecer, el arma se disparó y el arpón alcanzó de lleno el pecho del buceador.


Incorporado inmediatamente al barco y conducido a puerto, Juan Bartolomé falleció minutos después, tras varios intentos de reanimación efectuados tanto en la embarcación, a la que ya se había subido personal sanitario a mitad del trayecto, como en el propio muelle de San Pedro.


Reglas de seguridad
La utilización de un fusil para este tipo de granjas, según explicaron a 'La Verdad' profesionales de este sector, está justificada cuando se trata de capturar algún pez de mayor tamaño que ha conseguido introducirse en la granja «y estresa o intentar devorar ejemplares».


Profesionales de la acuicultura y aficionados a la pesca submarina comparten reglas sagradas para manejar estos fusiles, que son instrumentos letales en caso de uso inadecuado o defectos de funcionamiento.


La primera regla básica en su manejo es que deben ser cargados en el agua, apoyando la base en el pecho y, por obvio que parezca, cerciorándose de que no se apunta a nadie alrededor. Está prohibido que el arpón se tense en tierra o en barco, para evitar un disparo fortuito, un error o una avería en el mecanismo. Si se hiciera de todas formas, habría que echar el seguro. Cuando se entrega desde un barco a un buceador, siempre debe hacerse con el fusil de lado.


El accidente se ha puesto en conocimiento de la Guardia Civil y el Instituto de Seguridad y Salud Laboral. El Instituto de Medicina Legal de Cartagena realizará la autopsia al cuerpo, antes de ser trasladado al tanatorio La Marina Baixa, en Villajoyosa. En la iglesia de La Asunción se oficiará el funeral y en el cementerio recibirá cristiana sepultura.