Casi 3.000 científicos han censado la vida de los océanos durante diez años. La biodiversidad es inmensa, pero también las amenazas


El mayor censo de la vida marina jamás emprendido ha conseguido catalogar unas 5.000 nuevas especies tras diez años de sondear todos los mares del planeta. Los resultados del trabajo de miles de científicos de decenas de países, dados a conocer ayer en Londres, revelan tres fenómenos: la biodiversidad marina y la interconexión entre los océanos son mayores de lo que se creía, pero los destrozos del hombre son peores de lo que se temía.
El censo, iniciado en 2000 por un par de científicos y acabado este año con la participación de 2.700, ha estudiado 16 ecosistemas diferentes, desde los mares antárticos hasta la vida junto a los volcanes submarinos, y desde microbios a ballenas.
El volumen de información es tal que la base de datos resultante incluye 120.000 especies observadas, unas 5.000 de ellas nuevas. Pero es una gota en el mar. Según estiman, aún hay 750.000 especies por descubrir. Lo que ha llevado al presidente del comité de coordinación del censo, Ian Poiner, a decir que “la era de los descubrimientos continúa”.