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Científicos del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de distintas universidades y del Instituto Español de Oceanografía prepararán esta semana en el buque «Hespérides» equipos con los que, desde octubre, estudiarán el impacto del cambio climático en el mar durante nueve meses y medio.

Así lo ha explicado el científico Carlos Duarte, responsable de esta campaña, cuyos componentes y aparatos técnicos, algunos «muy novedosos», se embarcaron ayer en Las Palmas de Gran Canaria en el «Hespérides» para trabajar en él hasta el sábado, día en que el buque de la Armada tiene previsto llegar de regreso a su base de Cartagena tras haber concluido su XVII campaña antártica.

Según ha indicado Duarte, unos 300 científicos de siete institutos del CSIC, de cuatro laboratorios del Instituto Español de Oceanografía y de diecisiete universidades españolas participarán en el próximo proyecto de estudio del océano a bordo del «Hespérides» y del buque oceanográfico «Sarmiento de Gamboa».

Precisamente, el hecho de que intervengan tantos equipos hace necesaria la expedición de esta semana para poder intercalibrar los métodos entre los participantes y poner a prueba los protocolos de medidas oceanográficas que se han diseñado, así como el nuevo material creado, pues los datos deben ser comparables y compatibles.

Duarte ha explicado que se han diseñado protocolos de medidas de propiedades oceanográficas, como concentración de oxígeno, producción del plancton y concentración de CO2, y tienen que asegurarse de que cuando comiencen su trabajo «todos los investigadores van a obtener los mismos resultados con las mismas propiedades del agua».

Se trata de una «condición imprescindible» para la futura campaña, que tiene como objetivo evaluar la diversidad genómica de los microorganismos del océano en aguas de profundidad, hasta los 4.000 metros, y los impactos del cambio climático global sobre el ecosistema oceánico.

Y es que hay aparatos que ya se han empleado en otras investigaciones y no hace falta probarlos, pero se van a probar «técnicas muy nuevas», como un método de alta precisión de medida de producción primaria del oxígeno y de respiración, así como material diseñado en los laboratorios del CSIC, como es el caso de una redes para tomar muestras a 4.000 metros de profundidad.

Además, por primera vez en un buque oceanográfico se empleará un instrumento capaz de analizar la composición isotópica del dióxido de carbono en la atmósfera y en el agua de mar, que permite determinar qué proporción de CO2 es producida por la actividad humana o es natural; cálculos que, hasta ahora, se hacían mediante métodos indirectos.

Los científicos también probarán métodos para análisis genómicos masivos de microorganismos del océano, ha señalado Duarte, quien ha informado de que está previsto que fotógrafos e informáticos se sumen al proyecto para que la investigación se pueda seguir virtualmente desde colegios e institutos.

En el «Hespérides» viaja también desde ayer, junto al grupo de investigación de Duarte, otro de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria que va a concluir un trabajo iniciado el pasado octubre sobre «El Origen y la Variabilidad de las Corrientes de Canarias», según ha indicado Alonso Hernández, catedrático de Oceanografía.

La corriente de Canarias se conoce desde la época de Colón, se sabe adonde va pero no de dónde proviene, y para averiguarlo en octubre de 2009 se tomaron medidas oceanográficas a bordo del «Hespérides» aunque el mal tiempo impidió concluir la campaña, refirió Hernández, quien aprovechó la escala del buque de la Armada para que lo conocieran sus alumnos de Ciencias del Mar.