Días antes del Tsunami un grupo multidisciplinario de científicos chilenos, franceses y españoles se sumergieron en las aguas del Archipiélago Juan Fernández para investigar los restos arqueológicos de un navío del siglo XVII.

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Es posible que sea uno de los naufragios de mayor data de Sudamérica, ya que efectivamente, son muy escasos los navíos de ese período que hayan sido descubiertos y estudiados en el mundo del siglo XVII. De ahí la urgencia de estudiarlo y protegerlo. Se trata posiblemente del Galeón español San Martín, que se encuentra enterrado a 30 metros de profundidad frente a la costa del Archipiélago de Juan Fernández.

Los primeros restos visibles del barco español fueron encontrados en 1996 y se caracterizan por la presencia de dos anclas de 4.5 metros de longitud, una de las cuales fue extraída del agua, de vestigios del casco del barco tapados por el sedimento y de varios objetos diseminados sobre el lecho marino.

En la última expedición, realizada días antes del Tsunami, el equipo multidisciplinario de científicos chilenos, españoles y franceses, liderados por Arnaud Cazenave de la Roche de la Sociedad de Estudios Submarinos (Seas) de Francia, identificó -entre un grupo de cerámicas encontradas- una tinaja o ánfora de greda en perfecto estado de conservación, típica de las producciones españolas del siglo XVII.

Naufragio excepcional
“Se puede considerar este hallazgo como un hecho excepcional para la arqueología y para el patrimonio cultural de Chile. En efecto, son muy escasos los navíos de este periodo que se han descubierto en el mundo y es el primero en Sudamérica”, asegura el arqueólogo francés.

“El proyecto 2010 fue un trabajo in situ y preliminar para poder determinar la importancia y el potencial arqueológico del yacimiento y eso fue justamente lo que los científicos encontraron”, Raimundo Bilbao, presidente de la Fundación Archipiélago Juan Fernández y coordinador de la iniciativa.

La expedición de febrero de 2010 les permitió a los científicos, por lo tanto, comprobar por ejemplo, que el yacimiento es muy extenso y que no se limita sólo a al espacio alrededor de las anclas que fueron encontradas en 1996. Sino que se extiende hacia el norte de ellas, distancia que supera los 100 metros.

“Esto implica barajar nuevas hipótesis: que debido ala pendiente tenemos aquí un mobiliario arqueológico que se ha deslizado hacia el fondo sobre esta distancia o si el barco se halla roto en alguna parte de en su estructura y que esté separado en dos conjuntos arqueológico distinto”, dice Arnaud Cazenave.

La expedición contó con la presencia de numerosos científicos: arqueólogos, geofísicos y buzos profesionales de España, Chile y Francia, incluyendo un biólogo marino de la Universidad Andrés Bello y una arqueóloga del Consejo de Monumentos Nacionales.

La Sociedad de Estudios en Arqueología Subacuática de Francia y la Fundación Archipiélago Juan Fernández fueron los responsables del proyecto de investigación y de revaloración del patrimonio arqueológico de Chile llamado: “Un naufragio en la Isla de Robinson Crusoe.

La iniciativa contó, además, con el apoyo de instituciones como el Centro de Arqueología Marítima de España, Centro de Estudios Oceánicos, Insulares y Antárticos de la Universidad Andrés Bello, del Consejo Nacional de Monumentos Nacionales, Municipalidad y comunidad de Juan Fernández, UNESCO, AGA-LINDE y los Ministerios de Cultura de Chile, España y Francia.

Los resultados inéditos de esta investigación fueron dados a conocer durante la conferencia “Expedición Arqueológica submarina” realizada en la Universidad Andrés Bello y contó con la presencia de Arnaud Cazenave de la Roche, director científico del SEAS; Reimundo Bilbao, presidente de la Fundación Archipiélago Juan Fernández, y Esteban Morales, oceanógrafo del Centro de Estudios Oceánicos, Insulares y Antárticos de la Universidad Andrés Bello.

Protección de naufragios
Cuando se da a conocer un hallazgo arqueológico de cualquier tipo y en especial submarino, genera un atractivo en la población y también para aquellos que se dedican a saquear naufragios de valor histórico y científico como el que estudiamos en Juan Fernández. “Por eso Chile necesita proteger el material arqueológico que existe en los fondos marinos de el archipiélago y de otras zonas del país”, comenta Jesús Guevara, arqueólogo submarino del Centro Internacional de Arqueología Marítima (Ciamar) de España que participó del proyecto.