La organización ecologista denuncia que, una vez más, la Unión Europea antepone los intereses económicos a las recomendaciones científicas.
Tras dos largas jornadas de negociaciones, el Consejo de Pesca de la Unión Europea estableció ayer en Bruselas las cuotas por caladero que cada estado miembro puede capturar en 2010. Greenpeace denuncia que, con estas cuotas, los ministros europeos han dado prioridad a los intereses económicos frente a una gestión sostenible de los stocks pesqueros, especialmente en el caso de la anchoa y la merluza.

Aunque se ha acordado recortar entre un 20-25% el total de capturas aceptables (TAC) desde los volúmenes de 2009 para especies como el abadejo, el lenguado y el bacalao, se ha incrementado el de la merluza en un 15%, decisión que pone en serio peligro esta especie.

Además, la organización ecologista denuncia que en estas negociaciones se haya llegado al acuerdo de reabrir la pesquería de la anchoa del Cantábrico tras cuatro años de parada biológica. Los informes científicos demuestran que tras esta parada la situación de la población estaba mejorando, pasando de 9.700 toneladas de biomasa de anchoa en el año 2005 a 28.000 toneladas en 2009.

"Es lamentable que España y Francia hayan presionado para abrir esta pesquería, desoyendo una vez más las recomendaciones científicas que sitúan el stock de anchoa por debajo de la Biomasa de Precaución establecida por Europa en 33.000 toneladas, límite que permitiría la reapertura de la pesquería de la anchoa" ha declarado Celia Ojeda, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace.

Otro ejemplo de este modelo de gestión devastadora de los recursos pesqueros es el de la merluza, cuyas cuotas han aumentado en todos los casos: la del Cantábrico en un 15%; la del Golfo de Vizcaya y la del Atlántico en un 7%. El rape, capturado con redes de arrastre de fondo que destruyen el lecho marino, ha aumentado su cuota en un 15%. En ambos casos los científicos llevan años recomendando el cierre de estas pesquerías por que sus stocks pesqueros que ya han sido diezmados.

"Ante el innegable agotamiento de las pesquerías, resulta cuanto menos sorprendente que el comisario europeo de Pesca y Política Marítima declare que la sobreexplotación podría desaparecer para 2015", añade Ojeda. "No solo España está esquilmado los stocks pesqueros, sino que la UE está permitiendo a los países miembros continúen esta devastación"

España tiene una difícil tarea durante su presidencia de la UE: reformar la política pesquera común. Los países europeos deben unirse para realizar una gestión sostenible del medio marino, reduciendo la flota pesquera a la mitad y estableciendo una red de Reservas Marinas que abarque el 40% de los océanos.