Con el permiso de Albatros, y ya que me ha parecido una serie genial, os aporto otro bicho. Lo bautizamos como MASTER MORNING SINGER. (esta historia ya la conté en un hilo, pero la voy a repetir aquí).

Belice, inmersión en el famoso Blue Hole (42 metros, sin corriente). Mi amigo llevaba solo unas 20 inmersiones pero controlaba fenomenal. La instructora decidió que podía bajar pero le puso un Divemaster acompañándole. Yo iba pendiente, pero con mi cámara de video, tranquilo al ir acompañado. La noche anterior, en la cena, habían repartido los títulos de los cursos hechos en el barco. A un tipo de San Francisco con pinta de culturista le habían dado el Master Scuba Diver.

Después de bajar a ver las estalactitas, y sin llegar a entrar en deco, subimos hasta los 10 metros y seguimos dando la vuelta al agujero hacia el barco. De repente veo al Divemaster que acompañaba a mi amigo (iban por detrás de mí) pasar como una bala hacia la instructora que iba en cabeza y le hace unas señas que yo entendí como "he perdido a uno". Acojonado miro hacia atrás y veo a mi amigo, abrazado por el Master Scuba Diver yendo hacia la superficie mientras el Divemaster volaba hacia ellos. Decidí que con dos personas más capacitadas que yo no era conveniente ir, sobre todo cuando vi que en superficie mi amigo movía las piernas y brazos con normalidad. ¿Qué había pasado? Durante todo el resto de la inmersión iba pensando: "éste no bucea en la vida después de esto".

Mi amigo iba perfectamente. Como todavía chupaba demasiado había llegado a los 50 bares y le había hecho la seña de puño al pecho y marcado cinco al Divemaster. Como con ese aire no llegaba hasta el barco por abajo, el Divemaster había ido hasta la instructora y le había dicho "me subo con uno a superficie", lo que yo erróneamente había interpretado como "he perdido a uno".

Mientras tanto, el iluminado Master Scuba Diver estaba cerca y había confundido la seña con la de "me quedé sin aire" y había decidido que era un buen momento para salvar una vida. Se precipitó sobre mi amigo, LE QUITÓ EL REGULADOR DE LA BOCA, le puso su octopus, le abrazó y le llevó a superficie.

Cuando llegué al barco el Divemaster le gritaba a mi amigo que les podía haber matado, mi amigo le gritaba que no entendía nada, que el iba estupendamente, y el iluminado se pavoneaba alrededor esperando una medalla y haciéndome el gesto de OK diez o doce veces.

Cuando un rato después estaba escribiendo el logbook, el animalito de los esteroides se me acercó y me preguntó cuántas inmersiones llevaba. Me dijo "vaya, llevas más del doble que yo". La mía era la 111.