La temporada del ocle culminó hace tres semanas tras recolectarse 1.698 toneladas, las dos terceras partes del cupo permitido sin que los pescadores hayan detectado la presencia de especies invasoras.

Los pescadores asturianos que desde el 1 de julio y hasta finales del pasado mes se dedicaron a la extracción de ocle dicen que no se han encontrado con la invasión que sufrieron sus colegas vascos. Jesús Álvarez, responsable de la asociación que han formado cinco de los catorce barcos que se dedican a la actividad en la región, asegura que el mayor problema con el que se han encontrado este verano es con las escasas horas de sol, lo que ha dificultado el secado de las algas.

Los catorce barcos que durante esta temporada tuvieron permiso para recoger algas tenían un cupo de 2.600 toneladas, a recoger en varios campos que se extienden desde la zona de Avilés hasta Lastres. Según Eva María Llera, responsable del departamento de algas de la Dirección General de Pesca del Principado, los resultados de la campaña han estado lejos de llegar a esta cantidad, y sólo se han recolectado 1.698 toneladas, el 65,3% del cupo previsto. Con todo, señala Llera, «se trata de un porcentaje parecido al de años anteriores. Siempre se da un margen amplio».

La ’captura’ de algas tiene un procedimiento sencillo. Según explica presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores, Dimas García, en un primer momento las embarcaciones buscan los «campos buenos», para lo que un buzo rastrea la zona y el barco le sigue a baja velocidad.

Una vez que se localiza el objetivo, otro buceador o incluso otros dos, se sumergen hasta una profundidad que puede llegar hasta los quince metros. Arrancan las algas y las introducen en bolsas que se encuentran suspendidas del barco por una cuerda. Cuando una de las bolsas está llena se advierte al marinero que se queda en la superficie con enérgicos tirones, y sube la mercancía a cubierta, donde la descarga antes de volver a sumergir la bolsa.

Dice García que cada jornada un barco llega a puerto con entre tres y cuatro mil kilos de ocle. Con la mercancía se llega a puerto y se pesa. En ese momento, puede ser vendida en húmedo o proceder a secarla en campos destinados a este fin, con lo que el valor del producto se incrementará.

Secado en Asturias

Lo que sí está claro es el destino del ocle. Señala Jesús Álvarez que toda la mercancía se venderá a las cuatro empresas transformadoras que hay en España para esta materia prima, «dos en Asturias, una en Burgos y otra en el País Vasco». En sus instalaciones utilizan las algas para producir «agar, un gelificante que se emplea en alimentación, farmacia, industria, etcétera».

En el caso de la cooperativa que preside Álvarez, secan las algas en Manzaneda, en una finca entre Luanco y Avilés, aunque «el año pasado lo hacíamos en León». Tras el secado, que tantos problemas dio esta temporada, el ocle se embala en pacas de entre 400 y 500 kilos que son enviadas a las empresas transformadoras.