Ciento treinta y cinco hombres que trabajaban como buzos y que fueron afectados por el síndrome de descompresión mientras se desempeñaban en sus labores, recibieron un certificado de discapacidad de parte del Ministerio de Salud que indica que ya no pueden seguir buceando.

Según el licenciado Héctor Collado, del Programa Nacional de Rehabilitación del Ministerio de Salud, el trabajo realizado fue posible gracias al esfuerzo de esa institución, que hizo una selección de los mejores médicos y especialistas en la rama a nivel nacional que viajaron a Puerto Cabezas, donde trabajaron durante cuatro días consecutivos.

Una parte de los especialistas viajó hacia el Litoral Norte, en el territorio de Sandy Bay, donde atendió a hombres que habían sufrido accidentes y producto de ello les han quedado secuelas que les impiden continuar laborando en el mar.

Mientras, otra parte de la brigada se quedó en el Centro de Salud “Ernesto Hodgson”, atendiendo a los lisiados que viven en Bilwi
Incapacidad laboral
De 137 atenciones brindadas, 135 recibieron certificados de discapacidad, lo que significa que estas personas ya no pueden regresar a trabajar porque han sufrido daños físicos que afectan su capacidad motora, y por lo tanto tienen una discapacidad física, explicó el especialista.

Por su parte, la doctora Miriam Gutiérrez, quien formó parte de la brigada, dijo que entre los diagnósticos más repetitivos se encuentran las lesiones medulares, que son las afectaciones que provocan paraplejia, y consisten en una lesión medular con la consiguiente falta de movilidad de los miembros inferiores y falta de fuerza muscular.

En algunos casos de paraplejia se ha logrado que a pesar de la lesión medular, con atención oportuna y frecuente, los pacientes evolucionen y puedan andar con bastones y sillas de ruedas. Otro de los daños encontrados en los buzos es la hemiparesia, que es la falta de fuerza muscular en el hemicuerpo derecho o izquierdo.

La afectación de cadera es otro de los daños que está complicándole la vida a los pobres buzos, quienes además de sufrir una discapacidad por un accidente de descompresión, están expuestos a quedar inertes en una cama debido a que la falta o pérdida total de irrigación en la cabeza del fémur hace que se pierda su anatomía y funcionabilidad
Necrosis de cadera
La doctora Susana Rappaccioli señaló que este daño es conocido también como necrosis de cadera, lo que se convierte en un daño irreversible y se necesita de un tratamiento que aquí en esta ciudad es demasiado caro, si no, hay que ir hasta Managua, donde lo que se hace es ponerle al paciente una prótesis de cadera según su edad, la que tiene un costo arriba de los dos mil dólares --solamente la prótesis--, dijo la especialista.

Lo triste es que muchos de estos casos son de jóvenes menores de 20 años, que de continuar sin atención especializada no se les garantiza que en el futuro puedan optar por otra alternativa laboral, porque su situación cada día está empeorando.

El licenciado Collado remarcó la importancia de tomar en cuenta todas las medidas de seguridad a la hora de sumergirse en el mar en busca de langostas. Dijo que un factor que afectaría a los buzos es que después de sufrir el daño, todavía los dejen uno, dos o más días en el barco.

Cabe señalar que éste es uno de los principales problemas que se dan con los capitanes de barco, que además de llevarlos a pescar a las partes más profundas, si se accidentan prefieren no traerlos a tierra lo más pronto posible.

De todas las empresas que laboran con barcos y buzos, solamente una posee lanchas rápidas para trasladar a sus trabajadores en caso de accidente, y según las estadísticas, es la que tiene menos casos reportados en el mar por descompresión en 2006 y en lo que va del presente año.