«En el agua no existen las barreras»

• Díez asegura que las actividades acuáticas no exigen tanto esfuerzo, lo que le permiten olvidarse de sus limitaciones físicas
• Luis María Díez Picazo Aficionado al buceo

Luis María Díez Picazo sufre tetraplejia. Sin embargo, eso no le ha impedido practicar el buceo. Al contrario, siente una mayor agilidad desde que comenzó a sumergirse este verano. Además ha descubierto una experiencia «muy bonita». Sobre todo, cuando se zambulle en el mar y atisba corales y peces. En invierno se quita el 'mono' en la piscina.
-¿Percibe alguna limitación para bucear por su discapacidad?
-No, no ha supuesto ningún inconveniente para mí. Al contrario, creo que el buceo me ha beneficiado porque noto que me canso menos y tengo más resistencia. Bajo el agua es distinto. No es que tenga más movilidad, pero los pocos movimientos que puedo desarrollar me cuesta menos hacerlos bajo el agua que fuera de ella.
-¿Desde cuándo practica este deporte?
-Desde este verano hago buceo con botella. Siempre quise practicarlo, pero lo acababa dejando pasar. Ahora me he aventurado y creo que tenía que haber comenzado a bucear hacía tiempo.
-Una actividad que recomienda a otras personas con discapacidad.
-Sí, puesto que te proporciona una sensación bonita. El estar debajo del agua te da tranquilidad y paz. En cierto modo te ayuda a olvidarte de tu discapacidad. Sumergido eres uno más, ya que en el agua no hay barreras arquitectónicas. No hay tantos baches y no te cansas tanto.
-¿Le llevó tiempo adaptarse?
-Yo lo cogí rápido. No sé si es porque tenía muchas ganas y me he implicado, pero no me ha costado. Al principio iba mucho más lento y necesitaba más ayuda de mis compañeros para llevar las botellas, pero ahora prácticamente me manejo solo debajo del agua.

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