Se busca bandera de barco hundido

Los arqueólogos subacuáticos que han excavado es Botafoc no pueden precisar, por la falta de material, el pabellón ni el puerto de origen de los restos de la embarcación del siglo XVII

Primero se descubrió un cañón de bronce de 1,8 metros y, acto seguido, restos de madera de grandes dimensiones, los vestigios de una embarcación de «cierto porte de unos 25 a 30 metros de eslora» de época moderna (siglos XVII y XVII) desenterrados y excavados bajo el agua durante las obras de ampliación del puerto al abrigo del faro de es Botafoc.
Archivo adjunto 8941
La arquitectura naval del barco presenta «un buen estado de conservación» , aunque las estructuras superiores están bastante alteradas por la acción del Teredo navalis (un conjunto de especies de moluscos), según el estudio de los arqueólogos. Los restos del barco se localizan a unos 30 metros de distancia de la actual escollera, al oeste de Illa Grossa (en la zona de la futura plataforma donde se prevén habilitar aparcamientos) a una profundidad de 5,5 metros y semienterrados un metro y medio por debajo del lecho marino. El informe arqueológico destaca que se trata de «uno de los escasos ejemplos de esta época localizados en Ibiza».

La excavación subacuática se llevó a cabo entre noviembre de 2010 y enero de este año en distintas fases, con sucesivas ampliaciones del radio de exploración a medida de que se hallaban más elementos de la embarcación. Se constató que los restos continuaban por debajo de la escollera del Paseo Marítimo.

El barco descansa en el lecho marino sobre la quilla, con una ligera inclinación de costado hacia el este. El ensamblaje de todas las piezas del barco se hizo mediante clavos de hierro. Las conclusiones preliminares del informe arqueológico apuntan que por el momento se desconoce si se trata de un navío militar o comercial. Los materiales recuperados no ofrecen información concreta sobre «el pabellón del barco, el puerto de origen ni sus derroteros». «No se trata de una embarcación de pequeño tonelaje y de uso de cabotaje con corto radio de alcance, ya que de ser así no presentaría unas piezas estructurales tan grandes ni el espacio de las claras sería tan pequeño, características éstas de embarcaciones mayores ya sean militares o de comercio», indica el informe. El gran tamaño del cuadrantal (ánfora) descubierto, elemento que servía para izar las vergas que contenían las velas, apunta también a que se trata de un barco de cierta importancia.

Los arqueólogos tampoco pueden precisar las causas del naufragio, aunque señalan como «muy probable» que se hubiera producido un incendio a bordo. Avalan esta teoría los restos de maderas alterados por el fuego hallados en el pecio. La proximidad de la costa y el escaso material recuperado durante la excavación indican que el barco podría haber sido «parcialmente rescatado».

No se han documentado apenas objetos completos, solo fragmentos de cerámica de cocina (platos, ollas) y piedras utilizadas como lastre. Destaca la aparición de un catalejo en buen estado de conservación y parte un segundo cañón. Se han sacado a la superficie varias piezas de munición, «muy probablemente para la utilización de un mosquete», y trozos de sílex, que, seguramente, se utilizaron para dar mecha a las armas. Los arqueólogos subrayan el hallazgo de un posible lebrillo de grandes dimensiones con decoración incisa y a la cuerda y un cuenco vidriado prácticamente entero.

Los apuntes

EL CAÑÓN
A 10 metros de popa
El cañón de bronce (sin inscripciones) se halló a una distancia de 10 metros de la popa del pecio. La pieza, que se encuentra en buen estado, se ha enviado al Museo Nacional de Arqueología Submarina de Cartagena para su restauración.

MERCURIO
Parte del cargamento
Entre las maderas del casco se descubrieron algunas pequeñas gotas de mercurio. Los arqueólogos sostienen que es «muy probable» que formara parte del cargamento. Existen otros casos de la misma época en Santo Domingo.


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