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Parecen malas... pero no
Bucear en un lugar atestado de medusas puede ser una pesadilla, pero no en el Lago Jellyfish, donde una mutación las convirtió en inofensivas para los humanos.
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Bucear en un lugar atestado de medusas puede ser una pesadilla para cualquier persona, pero hay un lago marino donde los turistas pueden hacerlo sin temor alguno.
Jellyfish Lake (El lago de las medusas) en el archipiélago de Palau en el Pacífico es quizás el único lugar en el mundo donde se puede nadar junto a las medusas despreocupadamente.
¿La razón? A lo largo de los años, los animales sufrieron una mutación, por lo que ahora son inofensivos para los humanos.
El lago alguna vez estuvo conectado con el Océano Pacífico, pero cuando el nivel del mar bajó, las medusas migraron a un lugar aislado y rico en alimentos como las algas.
Sin ningún riesgo de depredadores, la población de las medusas aumentó significativamente. En la actualidad hay alrededor de ocho millones de ellas en el lago.
Jellyfish Lake es el único de los dos lagos marinos de Palau abierto al turismo. Se encuentra en la isla de Eil Malk y se puede acceder por un sendero desde la playa.
"Las personas que tienen miedo de las medusas a veces son presa del pánico, algunas no entran al lago. Pero es inolvidable", dice el fotógrafo Kevin Davidson, quien frecuenta el lugar hace 15 años.
"Es difícil describir la sensación. En general, es muy tranquilo y se pueden sentir cientos de leves descargas de luz en la piel a medida que se avanza lentamente por el agua", explicó Davidson.
El fotógrafo es propietario de una pequeña tienda en Palau y capturó con su cámara las actividades turísticas en el lago, en donde no está permitido bucear con tanques de oxígeno para evitar dañar a las medusas.
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