A por el récord

El buzo austríaco Christian Redl se está preparando para superar el récord de buceo libre, de 101 metros, que él mismo consiguió en 2006 en aguas de la Riviera Maya.

El desafío de este año consiste en sumergirse en Angelita, el cenote sagrado de Tulum (México), único en el mundo porque posee agua dulce y agua salada, un verdadero reto para el buceador.

El cenote Angelita, por su forma de pozo, es un lugar ideal para buceo profundo, aunque no se suele bajar más allá de los 30 metros. El ascenso se realiza alrededor de las paredes del cenote, a través de estalactitas gigantes y árboles caídos. Una inmersión inolvidable.

El plan de inmersión de Redl consiste en bajar los primeros 31 metros, que son de agua dulce, para continuar con los 30 metros siguientes, de agua salada, y con una parte final con forma de cueva que posee un ángulo de inclinación de 45 grados.

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Entre la preparación que realiza Cristian Redl para realizar esta hazaña, se menciona alcanzar flexibilidad en el tórax para obtener mayor capacidad pulmonar, tiempo de retención de la respiración y seguir perfeccionando su estilo de nado aerodinámico.

Antes de iniciar la inmersión, el buzo se tiene que relajar durante 20 minutos o media hora para bajar sus pulsaciones a 30 por minuto, cuando lo normal es entre 60 y 80 en reposo. También tiene que controlar la circulación para tener una mayor capacidad para procesar el oxígeno que utilizará en toda la trayectoria.

El médico de apoyo del buzo, Holgel Gobel, dijo que entre los riesgos que existen durante esta zambullida está el hecho de que la cueva no es totalmente vertical, además de que durante los 30 metros que se realizará a oscuras, el espacio es muchísimo más reducido que en aguas abiertas, lo cual limita el efecto de flotación natural.

Además, al pasar del agua dulce a la salada se puede producir una desaceleración porque el traje de neopreno del buzo reacciona de manera distinta en los dos ambientes.