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Buceo submarino y avistamiento de especies en Abrolhos
Entre los abundantes atractivos turísticos con que cuenta Brasil, quizá uno poco conocido sea el archipiélago de Abrolhos, pero que no tenga la popularidad de otros lugares cariocas no significa que su atractivo sea de menor interés. Estamos ante un destino altamente aconsejable para pasar Vacaciones Brasil.
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Es un santuario ecológico perteneciente al estado de Bahía, formado por un archipiélago volcánico en pleno océano Atlántico. Está formado por cinco islas en las que existe una gran variedad biológica no solo de peces y moluscos, sino de aves, tortugas y demás seres marinos. Constituye un excelente destino para la práctica del buceo submarino, con sus aguas cristalinas y criaturas acuáticas por doquier.
Otro hecho interesante se da entre julio y noviembre, con la migración de ballenas jorobadas que llegan desde la Antártida para reproducirse en aguas más templadas. Sin embargo, en el archipiélago existe poca infraestructura turística ya que es una reserva natural protegida desde 1983.
Las únicas islas abiertas a visitantes son la Siriba y la de Santa Bárbara. Por ejemplo, la isla Siriba tiene numerosas piscinas naturales en un extremo, y por el otro miles de corales y conchas; es sitio de desove de muchas aves. La parte de tierra firme tiene 1.600 metros de extensión.
La isla Santa Bárbara es una de las principales inmersiones, y permite la observación de aves locales acostumbradas a la presencia humana. Imprescindible llevar una cámara fotográfica para capturar estas escenas únicas.
Otras islas; restringidas para el turismo aunque disponibles para la investigación científica; también tienen belleza y encanto sin comparación. Está la isla Guarita, la más pequeña, con su multitud de piedrecillas blancas que en realidad tienen este color por las heces de las aves.
La isla Redonda es la más alta del conjunto, con laderas abruptas y la visita de tortugas cabezudas para poner sus huevos. También tenemos la isla Sureste, que es la más distante estando a 1.300 metros de la Siriba. También es la más resguardada, y la presencia del hombre es nula.