Plaga de peces león en Bahamas
El incremento de población de peces león en aguas locales es “una plaga de proporciones bíblicas acechando la economía de las Bahamas”, y la Reef Conservancy Society of Abaco está preocupada. Los miembros de la misma están convencidos de que a menos que se tomen acciones urgentes, los peces acabarán con las industrias relacionadas con el turismo y la pesca. Se ha confirmado ahora que los peces león han diezmado a las poblaciones que viven en los arrecifes de coral. La pérdida de peces herbívoros establece el escenario para que las algas aplasten los arrecifes de coral y perturben el delicado equilibrio ecológico en el que existen, según los estudios.
Siguiendo el ejemplo de la sobrepesca, los depósitos de sedimentos, decoloración de los corales, y el aumento de acidez de los océanos, “es motivo para una gran preocupación” ha dicho el zoólogo y biólogo marino Dr. Mark Hixon, también profesor de la Universidad Estatal de Oregón.
El Dr. Hixon y su grupo trabajan desde el Perry Institute for Marine Science, en Lee Stocking Island, Exuma. Tienen una beca de tres años de la estadounidense National Science Foundation para estudiar al pez león. Está preocupado porque la rápida reproducción potencial del pez león debe ahora entenderse en contexto con su capacidad para despoblar gravemente los ecosistemas de arrecifes de coral de otros peces.
Está bien documentado el hecho de que la sobrepesca de peces loro y otros herbívoros contribuye a la muerte de los arrecifes de coral. El pez león es “muy efectivo” en la “sobrepesca”, ha dicho. La Reef Conservancy Society ha dicho que los habitantes de las Bahamas deben estar alarmados porque esto ataca al corazón del turismo, la pesca y las industrias relacionadas sobre las que la economía del país se sustenta.
“Los turistas vienen a ver las aguas de color turquesa, a pescar y bucear y a disfrutar de los bellos arrecifes”, se asegura desde la Sociedad. “Si estas cosas desaparecen no habrá razón para que los turistas vengan nunca más”. Y el turismo con sus industrias derivadas son los cimientos de la economía. Cuando no hay peces para limpiar el arrecife, éste muere y las aguas se vuelven de color verde oscuro; los restos muertos están cubiertos por algas.
“Los turistas que vienen por el sol, la playa y el mar dejarán de venir. Los buceadores no se van a gastar el dinero en venir para ver arrecifes muertos. No habrá más pesca de peces óseos ni torneos de pesca. Los restaurantes tendrán que cerrar. La gente se quedará sin trabajo. Será el caótico”. Edison Key, miembro del Parlamento de South Abaco ha dicho que él está “extremadamente preocupado” ya que una cantidad sustancial del trabajo de Abaco está conectada con el turismo, la pesca comercial y las industrias derivadas.
La preocupación de la Sociedad se hizo aún más grave cuando se supo que el pez león ya había empezado a invadir los hábitats de cría en los en los manglares y riachuelos donde se cría la vida marina.
“Sabemos que un solo pez león pequeño puede reducir el número de peces pequeños o un arrecife pequeño un 80% en unas pocas semanas” ha dicho el Dr. Hixon, cuya especialidad es la ecología de los peces marinos costeros en las regiones templadas y tropicales.
“No estamos encontrando muchas especies nativas que puedan controlar al pez león de forma natural” ha dicho. “Hemos intentado que grandes depredadores y tiburones se los coman, pero no parecen estar interesados. Los depredadores nativos parece que no reconocen al pez león como un pez porque tiene un aspecto muy raro, e incluso cuando lo hacen y lo muerden consiguen un bocado de espinas venenosas, así que es un elemento de disuasión. Además, al contrario que los peces nativos de las Bahamas, los peces león invasores casi no tienen parásitos”. El pez león rojo (Pterois volitans), nativo del Pacífico, fue visto por primera vez en las Bahamas en 2005.
Como nunca habían existido antes y no se enfrentan a controles normales a los que están sometidos en su región natal del Pacífico, se están reproduciendo a un ritmo nunca visto, ha dicho el Dr. Hixon.
La Dra. Isabelle Cote, profesora en la Universidad Simon Frases, informó de que ha encontrado unos 400 peces león por hectárea. Cos sus rayas rojizas y blancas, una hilera de espinas en la espalda y aletas como colmillos, estas bellas criaturas son fáciles de detectar. Cada espina del pez león es venenosa. Si bien no se han reportado víctimas mortales, su veneno es muy doloroso.
El pez león tiende a crecer más grande en las Bahamas, según han podido observar los investigadores. Se han visto ejemplares del tamaño de un balón de fútbol. Sólo una de las quince especies más o menos que hay en el Pacífico ha sido detectada aquí.