-
Par de chistes
Un cacereño llega a El Ferrol, para ingresar en la marina, y se
encuentra alli a varias personas, llega el Comandante, y va preguntando a
todos acerca de su experiencia maritima, he aqui algunas de sus respuestas:
- Mi nombre es Juan, soy de La Corunya y soy capaz de nadar 5
kilometros sin descanso.
- Me llamo Manuel, soy malagueño y puedo pescar pulpos con mis
manos.
- Me llamo Jordi, soy de Barcelona y puedo soldar debajo del agua.
En esto que le llega el turno a nuestro amigo:
- Me llamo Paco, soy cacereño, y se bucear.
El Comandante extrañado le pregunta que donde bucea el, a lo que
responde:
- Pues mire mi comandante, yo buceo en el campo, en los bosques...
:207:
En un mismo compartimento de tren viajan un español y un ruso:
Ruso: Usted de donde es?
Español: Yo soy de España.
Ruso: Muy bonita España, sus monumentos, sus gentes, los
edificios... De que parte de España es usted?
Español: De Valencia.
Ruso: Oh Valencia, muy bonitas sus fallas, muy buenas sus naranjas...
Español: Y usted de donde es?
Ruso: De Rusia.
Español: Muy grande Rusia, mucho frio en Rusia, muchos rusos en
Rusia... De que parte de Rusia?
Ruso: De la Estepa.
Español: Muy buenos los polvorones.
-
Orusito........¿nos quieres mal?:tongue:
-
un poco malos si que son si.............:redface:
-
otros dos:
¿Cuál es la diferencia entre una novia, una amante y una esposa?
Que la novia te dice "¡ay, que dulce!", la amante dice "¡ay, que vigor!", y la esposa dice "hay que pagar la luz, hay que pagar el teléfono, hay que pagar el cable...
:207:
Ricardo recibió un loro por su cumpleaños; ya era un loro adulto, con una muy mala actitud y vocabulario. Cada palabra que decía estaba adornada por alguna palabrota, así como siempre de muy mal genio.
Ricardo trató desde el primer día de corregir la actitud del loro, diciéndole palabras bondadosas y con mucha educación, le ponía música suave y siempre lo trataba con mucho cariño.
Llegó un día en que Ricardo perdió la paciencia y gritó al loro, el cual se puso más grosero aún, hasta que en un momento de desesperación, Ricardo puso al loro en el congelador.
Por un par de minutos aún pudo escuchar los gritos del loro y el revuelo que causaba en el compartimiento, hasta que de pronto todo fue silencio.
Luego de un rato, Ricardo arrepentido y temeroso de haber matado al loro, rápidamente abrió la puerta del congelador. El loro salió y con mucha calma dio un paso al hombro de Ricardo y dijo:
Siento mucho haberte ofendido con mi lenguaje y actitud, te pido me disculpes y te prometo que en el futuro vigilaré mucho mi comportamiento.
Ricardo estaba muy sorprendido del tremendo cambio en la actitud del loro y estaba a punto de preguntarle qué es lo que lo había hecho cambiar de esa manera, cuando el loro continuó:
Te puedo preguntar, ¿Qué fue lo que hizo el pollo?